Astillero
Silencio en la plaza
El curro Beto Rivera
Felipillo y Manolón
No Mar-Chen
Los principales espadas quieren ausencia de ruidos (así fuesen murmullos) para concentrarse mejor en sus faenas incomprendidas. El más apasionado de los nuevos mudos es el muletero Norberto Rivera, quien se niega a hablar con reporteros en pinturera protesta porque el minúsculo e intrascendente grupo de reventadores, llamado Partido Alternativa, le ha denunciado ante jueces de plaza por asuntos abortivos. Garboso, amo del desplante, el siniestro (¿o será diestro?) de Durango ha rehusado conectarse con los tendidos, pues mucho le ofende que legisladores en uso de los derechos constitucionales que les asisten se tomen la libertad de tocarlo con el pétalo de una denuncia (El curro Rivera aprovecha la oportunidad para dejar al desgaire temas de mal fario, como el del tal aborto y la pederastia).
El subalterno que de Carlos Abascal fue, Francisco Javier Salazar Sáenz (terno color Yunque, confeccionado con telas proporcionadas por Industrial Minera México), también necesita mudeces para poder salir al ruedo. Altivo y retador, enfrenta a las fieras del periodismo ofreciéndoles el trapo rojo del engaño, pues dice estar dispuesto a hablar con la prensa de lo que sea, pero no de la función que desempeñó como picador en la Secretaría del Trabajo, es decir, no de Pasta de Conchos, ni de Ciudad Lázaro Cárdenas, ni del burel Napito (oscuro, de mala embestida, cornamenta caciquil), ni de las tomas de nota fraudulentas en favor del toro de regalo, Elías Morales, quien ni siquiera tiene estampa de peligro.
Confrontados en anteriores corridas, el Niño de Morelia y Manolo Espino han llegado a un extraño arreglo para no pelear verbalmente más, al menos en la arena pública (¿ahora dónde lo harán: en los corrales, en plazas vacías, en algún juego de Nintendo?). En graciosa huida declarativa quedará convertida lo que parecía ser apasionada entrega en la batalla por el diseño de carteles venideros (sobre todo los relacionados con el Consejo Político Nacional de la ganadería El Pan, de cuyas características dependerá lo que se haga en la temporada intermedia, la de las diputaciones y senadurías en 2009, y La Grande de 2012). Los alteros de ropa sucia se lavarán en casa, habrían acordado Felipillo y Manolón, apenas a tiempo para que la tienta de este lunes, en el rancho del CEN blanquiazul, se dé sin pleitos públicos.
Quienes a la vista de lo anteriormente narrado hayan creído encontrar similitudes con matadores de sotana, subalternos mineros o enanitos toreros, deberán abstenerse para no tropezar con la dificultad descriptiva que ofrece una pareja antes presidencial que ahora anuncia una gira de fiesta brava pero como de circo (un hombre alto, sin cabeza, y una mujer chaparrita pero con ciertas partes físicas, contrarias a su naturaleza femenina, muy desarrolladas, dirían los conocedores de lo circense), en la que en lugar de callar mucho hablarán. El mago Chen (capaz de desaparecer miles de millones de pesos del presupuesto federal) y su ayudante en jefa, la señora Mar, irán en caravana por el país para anunciar las bondades de la Fundación (Ro)Bamos México y demostrar al país que los comicios federales de 2006 sí fueron un fraude, porque a pesar de las manipulaciones no quedó un presidente, sino un calderón desfondado, a cuya salud los dueños del capote, los esposos MarChen (ternos oro y plata), pretenden seguir brindando a la salud de los aficionados villamelones. ¡Olé!
Astillas
El caso del asesinato del corresponsal de Televisa en Acapulco se complica más cada día. Las pruebas periciales practicadas a Genaro Vázquez Durán actúan en contra de la versión oficial, que le responsabiliza del crimen (hasta el fiscal constitucional de la República, el licenciado Calderón, aseguró el otro día que los "culpables" ya estaban detenidos y, desde luego, se congratuló por esa especie, que desde un principio ha estado en entredicho). Por otra parte, se insiste en el ámbito policial guerrerense y federal en que la causa del asesinato sería romántica, pero no heroica, un asunto "pasional". El propio noticiario insignia de Televisa, el que conduce Joaquín López Dóriga, ya no mantuvo el pasado viernes ni el acento ni el tiempo que había asignado al tema. Pero los aires sombríos y, literalmente, macabros ahora amenazan tanto a los trabajadores de Televisa Acapulco, en especial a los reporteros, que el sábado pasado se negaron a salir de las instalaciones de la empresa a laborar, como sus directivos, que ya se han hecho acompañar de escoltas y cuando menos en un caso tendrían a su disposición un vehículo blindado. Una pregunta central es si el manejo informativo de Televisa Acapulco y del propio corresponsal asesinado había sido tan crítico, puntilloso y confrontado con los poderes gubernamentales y del narcotráfico como para que por ese ejemplar ejercicio periodístico los corruptos o malvados que hubiesen sido desenmascarados quisiesen cobrar venganza o si, por el contrario, todo se mueve en un escenario de complicidades, arreglos e inclusive chantajes a niveles directivos y de algunos personajes "estelares". Y no sólo a escala estatal... El historiador y poeta potosino Enrique Márquez Jaramillo será hoy designado coordinador por parte del gobierno de la capital del país para los festejos por el centenario y el bicentenario del inicio de los procesos revolucionario e independentista de nuestro país. A diferencia de lo hecho en el ámbito federal, donde el titular del Poder Ejecutivo se nombró responsable de esas celebraciones (con la esperanza de que las efemérides le permitan presentarse ante masas, sin el riesgo de rechiflas u otras protestas activas), aunque en los hechos haya un responsable operativo (que es el también impugnado Sergio Vela, del CNCA), en la ciudad de México se optó por una designación directa en la persona de Márquez. Los festejos capitalinos abrirán una oportunidad única para que mexicanos inconformes con la elección presidencial de 2006, incluso con la realidad política de estados de la República, encuentren en el DF una alternativa de participación y conmemoración históricas sin tintes espurios... ¡Hasta mañana, clamando por el país cual Infante: Torito, Torito!
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