El cuadro de la Comarca Lagunera está cerca de cuartos de final y del descenso
Santos pasó por encima de un desdibujado Atlante, que complicó su avance a la liguilla
El triunfo, duro golpe a la moral del Querétaro, su rival en la lucha por permanecer en primera
Ampliar la imagen Matías Vuoso (arriba) felicita a Daniel Ludueña, autor de dos goles del conjunto de la Comarca Lagunera Foto: Notimex
Torreón, Coah., 15 de abril. Santos jugó a tope porque su vida estaba de por medio y pasó por encima de un desdibujado Atlante que se plantó sin convicción en la cancha del estadio Corona y le ganó 3-0. Ahora los azulgranas vieron complicarse su situación en pos de un boleto a la liguilla.
Por situaciones inverosímiles propias del balompié mexicano, el cuadro de la Comarca Lagunera está por igual a un paso de cuartos de final y del descenso.
Su triunfo no afecta en los números al Querétaro, su rival en la lucha por permanecer en la primer división. Sin embargo, es un golpe directo a la moral de Gallos Blancos.
La afición norteña, que a lo largo del torneo ha peregrinado entre el pesimismo y la esperanza, esta tarde llenó el inmueble y por fin tuvo recompensa, pues sumaba 24 partidos que su equipo no les regalaba tres anotaciones.
El primer tiempo resultó de pocas llegadas hacia ambas metas, aunque en realidad el portero local Oswaldo Sánchez fue casi un espectador más.
Por momentos los Guerreros buscaron hacer valer su condición de locales y quisieron redituar a su expectante público.
El delantero Matías Vuoso lo intentó de forma desleal. Optó por echarse un clavado en el área enemiga, pero el silbante Hugo León Guajardo no cayó en el embuste y le mostró el cartón amarillo.
Posteriores llegadas de los de casa fueron comandadas por Daniel Ludueña, quien se encargó de cobrar varios tiros de esquina que no trascendieron, pues la defensa visitante estuvo atenta para despejar, al igual que el portero Federico Vilar, quien tuvo atinadas intervenciones.
En el complemento Santos metió el acelerador a fondo. El técnico Daniel Guzmán ingresó a Walter Jiménez por el lesionado Carlos Cariño.
El Lorito se convirtió en el socio que requería Ludueña. De inmediato se fue con decisión al ataque ante la tibieza de Javier Mustafá, zaguero atlantista que se dolía de la rodilla derecha; Walter disparó cruzado con la zurda para inaugurar el marcador.
El público se sacudió la tensión y explotó en alegría ante el gol del antes criticado delantero.
El dominio de los locales se hizo abrumador. Vuoso envió un cabezazo que se fue por encima, luego Eliomar Marcón puso en apuros a Vilar y el profe José Cruz, técnico del Atlante, intentó equilibrar con el ingreso del novato Christian Bermúdez.
Pero mientras Potros mandaba a la guerra al juvenil Bermúdez, quien se sumó a Zamora y Cárdenas, el equipo santista comenzó a pesar la experiencia y calidad de sus importados, ya que al comando argentino integrado por Vuoso, Jiménez y Ludueña se sumó el brasileño Eliomar Marcón y el oriundo de Torreón, Oribe Peralta.
No tardó en caer el segundo tanto. Desde el costado derecho Marcón disparó a gol y el atribulado Vilar rechazó como pudo; la pelota fue directo hacia el Lorito Jiménez, quien vio mejor perfilado a Ludueña y le cedió el esférico que el Hachita firmó con excelente riflazo. Fue inútil el lance del guardameta.
El estadio era un manicomio. La alegría y el dominio de los Guerreros mantuvo de pie a la gente que de nuevo estalló en vítores ante la marcación de la pena máxima.
Ludueña entró como bala al área, Mustafá lo tironeó de un brazo, pero el atacante avanzó un par de zancadas más hasta caer tras chocar con otro zaguero.
El mismo jugador se plantó en el manchón de penal y disparó con potencia hacia la izquierda; Vilar se lanzó bien pero no logró contener el obús.
El timonel Daniel Guzmán fue expulsado por hacer reclamos, pero el juego estaba sentenciado. Inclusive Santos estuvo más cerca de aumentar su ventaja con nuevas arremetidas que no prosperaron.