Riesgo de saqueo en ciudadela prehispánica de Perú, advierten
Lima, 15 de abril. Las tumbas sagradas de Ayachaqui, que se levantan sobre farallones al norte de Perú y cuya antigüedad fluctuaría entre el año cero y 500 dC, corren peligro de ser depredadas, alertó un explorador local que llegó al sitio inexpugnable por primera vez en una década, explorando un nuevo circuito turístico.
Realizadas por nativos de la cultura Chachapoyas, las tumbas de Ayachaqui son parte de un complejo que se extiende a los sitios arqueológicos Pukatambo y Chanqui donde el visitante descubre la presencia de más de una docena de sarcófagos de arcilla con tintes rojizos y con sus respectivas momias.
Los sarcófagos de forma humana miden más de dos metros y están plantados verticalmente, como si fuera una estatua enclavada sobre cerros rocosos y cubiertos de vegetación a más de 2 mil 400 metros de altitud.
"Si las autoridades peruanas no reaccionan y hacen algo por cuidarlos, los traficantes de arte se los van a robar. Son capaces de romper y arrancar de cuajo las cabezas de las momias", dijo Alvaro Rocha.
"En esas tumbas no hay oro, pero hay traficantes y saqueadores que buscan las cabezas de estas momias como trofeo", acotó el explorador y periodista.
Las tumbas se hallan en la región Amazonas, mil 200 kilómetros al noreste de Lima, y a ellas se llega luego de una travesía de dos días por aire y a pie, según describió Rocha en una crónica del semanario Somos del sábado pasado.
El paisaje que surge es espectacular, con cataratas, ríos y campiñas que demandan un buen esfuerzo físico, pero que tiene como recompensa la visión de los imponentes sarcófagos, asegura.
Turistas de Alemania, Francia y Es-tados Unidos son los que han desafiado la ruta. No en vano los principales investigadores de la cultura Chachopoyas provienen de esos países, además de Perú.
Según el arqueólogo peruano Federico Kauffmann, los sarcófagos se pueden clasificar hasta en seis categorías de acuerdo con su forma, desde los antropomórficos hasta los cónicos sin cabeza ni pintura.
Las autoridades turísticas de Perú buscan impulsar con este tipo de rutas nuevos circuitos alternativos al ya tradicional recorrido inca en los Andes del sur peruano, donde se eleva la joya de la corona del turismo: la ciudadela de Machu Picchu.
La cultura Chachopoyas encierra entre sus misterios la fortaleza Kuélap, una ciudadela de piedra que algunos comparan con Machu Picchu.