Usted está aquí: martes 17 de abril de 2007 Opinión Sartori y el cambio constitucional

Luis Martínez

Sartori y el cambio constitucional

Con los auspicios de Héctor Fix-Fierro, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, y de Jorge Islas, abogado general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se celebró la mesa redonda de Giovanni Sartori.

Para Sartori, la administración de la política era mucho más fácil hace un siglo. Los políticos son populares en tiempos heroicos, pero pocas veces lo son en tiempos rutinarios, y agrega: "hoy la democracia vive un tiempo confuso y hay una especie de desencanto y desilusión por la política. Hoy nos enfrentamos al surgimiento de la antipolítica. Una de las explicaciones acerca del negativismo es la participación de la videopolítica, estamos viviendo el tiempo del videopoder, ya que la televisión también ayuda a su descrédito". Pero la explicación del enojo se encuentra en la corrupción política. La política nunca ha sido ni será inmaculada y la corrupción política no es nada nuevo. Pero la avaricia y la corrupción han llegado a niveles sin precedentes. En realidad, la corrupción política ha llegado al punto en que corrompe a la política. Cuando dice que corrompe a la política se está refiriendo a la política democrática.

Sartori es un conocedor del sistema político mexicano. Su conocimiento acerca del partido hegemónico que fue el PRI, al partido competitivo que debe ser el día de hoy. En la mesa redonda hubo un reconocimiento amplio al papel que juega actualmente el PRI, si bien es cierto que en el ámbito federal el Revolucionario Institucional ocupa la tercera fuerza, geográficamente es el partido más importante y configura parte del acertijo de la política actual. El PRI nunca se comportó como un partido eclesial y por eso es un protagonista que está dispuesto a recuperar y mantener espacios democráticos. Sartori es un convencido de modelar la realidad del poder mediante la ingeniería constitucional, porque con reglas electorales claras se moderan las ambiciones políticas que buscan resolver los problemas sociales. Es un convencido de encontrar mecanismos constitucionales que ordenen la lucha por el poder.

A propósito de la llamada ley Beltrones, piensa Sartori, que es el voluntarismo de los senadores los que están impulsando la reforma de los contenidos políticos, pero habría que ponderar que los ingenieros constitucionales más importantes con que se cuenta en México, como Jorge Carpizo y Diego Valadés, entre otros, son los promotores de cambios constitucionales que habrán de fructificar en México, como pudiera ser, evolucionar a un sistema semiparlamentario y tener un gobierno de gabinete, además de hacer cambios en el sistema electoral, mejorar el federalismo, transformar al Poder Judicial, buscar una reforma hacendaria y mantener las garantías sociales. Existe hoy toda una corriente, toda una tendencia para modificar la cultura jurídica, tomando en cuenta valores y expectativas para modernizar el sistema jurídico.

Acierta Sartori cuando critica a los partidos políticos minoritarios y en su advertencia por evitar la fragmentación política y su optimismo porque la desconfianza en la política sea algo pasajero, pero advierte que la videopolítica y la videodemocracia llegaron para quedarse, sostiene que el Homo sapiens fue desplazado por el Homo videns, hasta convertirlo en un animal fabricado por la televisión cuya mente ya no es conformada por conceptos, por elaboraciones mentales, sino por imágenes. El hombre ha dejado de ser un animal lector y ha quedado sujeto a un horizonte limitado a las imágenes que le proyectan y concluye que el público de la televisión está desinformado y la videopolítica impulsa la emotividad y esto lo lleva a concluir lo difícil que se ha hecho la política.

 
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