Documentos confirman que era funcionaria pública y contratista al mismo tiempo
Descubren nuevos malos manejos de Wolfowitz para promover a su novia
Shaha Ali Riza fue enviada a Irak para trabajos "de estudio" cuando él servía en el Pentágono
Ampliar la imagen Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, en rueda de prensa hace unos días en Washington. Foto: Reuters
Ampliar la imagen En imagen de archivo, Shaha Ali Riza, su novia. Ambos enfrentan un escándalo por acusaciones de favoritismo Foto: Ap
Nueva York, 18 de abril. Hoy fue uno de los días más sangrientos en cuatro años de una guerra que en parte fue diseñada y promovida por un hombre y una mujer protagonistas de un escándalo que está haciendo temblar los grandes edificios del Banco Mundial. Y cada día se revelan más "hazañas" de esta pareja en el amor, la guerra y el banco.
Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, autoproclamado campeón contra la corrupción y promotor del "buen gobierno", enfrenta demandas por su renuncia tanto dentro como fuera de la institución por acusaciones de nepotismo y favoritismo.
Documentos internos divulgados a finales de la semana pasada confirman que participó directamente en la promoción y aprobación de un incremento salarial, casi del doble, para su novia Shaha Ali Riza y la encauzó a otros empleos en violación de las reglas del banco. Pero al parecer no fue la primera vez que la pareja trabajó unida en causas comunes.
En 2003, se reveló esta semana, el Departamento de Defensa giró instrucciones a uno de sus contratistas privados para contratar a Riza, a fin de realizar trabajos de "estudio" en Irak relacionados con la construcción de un nuevo gobierno. En ese tiempo, Wolfowitz era el subsecretario de Defensa y su novia trabajaba en el Banco Mundial. La empresa contratista, Science Applications International Corporation (SAIC) informó hace unos días que las instrucciones de emplear a Riza fueron giradas por la oficina del subsecretario para políticas, en ese entonces encabezada por Douglas Feith, quien tenía como superior inmediato a Wolfowitz.
Hoy el Departamento de Defensa informó que revisa el contrato otorgado en 2003 a Riza, que duró del 25 de abril al 31 de mayo de 2003. Riza supuestamente evaluaba maneras para establecer un nuevo gobierno poco después de la invasión estadunidense a Irak. Le fueron pagados sólo viáticos y no un salario, según SAIC, reportó la agencia Reuters.
Esto ha incrementado el escándalo. "¿Cómo se puede conciliar el hecho de que era una servidora pública internacional en un puesto, mientras a la vez era contratista para el Pentágono?", preguntó Bea Edwards de la ONG dedicada a la transparencia gubernamental Government Accountability Project en entrevista con National Public Radio hoy.
También hay interrogantes sobre lo que ocurrió dos años después. Cuando Wolfowitz asumió la presidencia del Banco Mundial en 2005, Riza, bajo el acuerdo negociado por su novio y gozando de su salario de más de 193 mil dólares anuales, fue trasladada a trabajar en el Departamento de Estado con Liz Cheney, hija del vicepresidente Dick Cheney, encargada de "promoción de la democracia".
A finales de 2006, Riza dejó ese puesto para trabajar en algo llamado Fundación para el Futuro, con dos tercios de su presupuesto de 56 millones de dólares financiado por el gobierno de Estados Unidos, cuya creación fue anunciada con gran entusiasmo por la secretaria de Estado Condoleezza Rice en 2005, reporta el Washington Post. La fundación está dedicada a promover y apoyar a entidades de la sociedad civil que participaban en la "democratización" de Irak y otros países en la región.
Pero el Post descubrió que Riza, aunque no aparece como parte del personal de la fundación en su sitio de Internet, es la única persona que trabaja ahí. No hay, por ahora, otros empleados, y no se ha emitido una sola beca o donación a agrupaciones en la región. De hecho, se informa que la fundación buscará contratar a administradores el mes entrante. Riza es supuestamente la asesora del comité ejecutivo y la junta directiva.
Wolfowitz se disculpó públicamente la semana pasada, admitió que cometió "un error" e invitó a todos a cseguir realizando "el importante trabajo" del banco.
Pero aún no se ha aceptado su invitación. La Asociación de Empleados solicitó formalmente su renuncia la semana pasada. Los ministros de la mayoría de los 185 países miembros del BM expresaron su "grave preocupación" por el daño que este incidente ha provocado, y la junta directiva continúa debatiendo qué medidas adoptar, incluyendo potencialmente la destitución de su presidente, para reparar la situación.
Wolfowitz no ha encontrado muchos aliados afuera, más allá de sus antiguos jefes. Hoy la Casa Blanca, una vez más, reiteró su apoyo: "El presidente tiene plena confianza en el presidente Wolfowitz", declaró el vocero Tony Fratto. Pero junto con críticos del banco, ex altos funcionarios y legisladores aquí siguen ampliando el coro por su renuncia. El rotativo internacional más influyente del ámbito financiero, el Financial Times, fue el primero en pedir su renuncia la semana pasada. Ahora, el New York Times hizo lo mismo. "No hay manera de que Wolfowitz pueda recuperar su credibilidad y continuar siendo efectivo en el banco", concluyó el rotativo en su editorial este lunes.
La junta directiva del banco realizará una sesión a puerta cerrada este jueves, donde el tema podría ser abordado. Los voceros simplemente repiten que "hay un proceso en curso" para llegar a una decisión sobre el futuro de Wolfowitz.
En tanto, se está enmendando un dicho "todo se vale en el amor y la guerra... Y al parecer en el banco también".