Debe revisarse la educación sexual que se da en escuelas: Arizmendi
La Iglesia impedirá que la "lamentable" decisión de la ALDF cunda por el país
Lago de Guadalupe, Estado de Mexico, 18 de abril. Por medio de sus regiones pastorales, diócesis y parroquias de México la Iglesia pugnará porque "la lamentable" decisión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) que podría despenalizar el aborto en la capital mexicana no cunda como un reguero de pólvora en todo el país.
Los obispos de Acapulco, Monterrey y Matamoros, Juan Navarro, Alfonso Cortés Contreras y Faustino Armendáriz Jiménez, respectivamente, anunciaron que la Iglesia se encuentra en alerta para que la decisión de los asambleístas no invada otros estados de la República.
"Es lamentable que se llegue a legislar en favor de un acto criminal como es el aborto, como sería la eutanasia. Nuestra postura, de una manera insistente y lo hemos denunciado, es el de seguir haciendo un sí a la vida", subrayaron este miércoles y ratificaron que el papel de la Iglesia católica estará con los ciudadanos y los pueblos.
Los prelados de Acapulco, Monterrey y Matamoros aclararon que hicieron un llamado a respetar la vida y recordaron que nadie es propietario de la existencia de un ser humano, ni siquiera el padre o la madre; y nadie puede ponerse en lugar del ser concebido para preferir en su nombre la muerte o la vida.
Los asistentes a la 33 asamblea ordinaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano rechazaron la posible despenalización del aborto en la capital mexicana. Aceptaron que la reforma no obligaría a nadie a abortar, pero aseguraron que "las leyes desempeñan un papel muy importante en la promoción de una mentalidad y de unas costumbres".
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Indígena, Felipe Arizmendi Esquivel, puso ayer en la mesa de discusión sobre el aborto el análisis de los libros de textos de las escuelas primarias. Se ha insistido, dijo, en que, para evitar embarazos no deseados, hay que dar más educación sexual a niños, adolescentes y jóvenes.
Sin embargo, propuso, habría que analizar cómo se imparte en las escuelas, pues señala que se le acusa a la jerarquía católica de estar en contra de esta educación, "lo cual es falso", y señaló que la mayoría de los padres de familia no se toma la molestia de revisar lo que el Estado mexicano está enseñando a sus hijos.
Propone que lo padres de familia conozcan el contenido de los libros de texto, que dialoguen con sus hijos sobre los temas, y no lo dejen todo a los profesores, "quienes no siempre tienen los criterios más centrados".