Tras efímera estancia en la cartelera comercial, la Cineteca exhibe La virgen de la lujuria
Las cintas, un ejercicio colectivo, aunque duela el ego: Garciadiego
La censura económica, la más feroz. Contra ella se debe luchar, expresa la escritora
Ampliar la imagen La actriz española Ariadna Gil, virgen de la lujuria. Fotograma de la cinta
La escritora cinematográfica Paz Alicia Garciadiego es la autora de La virgen de la lujuria -cinta producida en 2002 y dirigida por Arturo Ripstein-, que hace unos meses apareció efímeramente en algunas salas de la ciudad de México y que ahora la Cineteca Nacional vuelve a poner en pantalla grande, donde se mantendrá hasta el 29 de abril.
No es la única cinta de este binomio cinematográfico (Ripstein y Garciadiego) que se queda al margen de su exhibición: "huérfana. Ya me habitué, no me queda más remedio que haberlas hecho y ya. Hago películas para que no las vea nadie; es una pesadilla, aunque no necesariamente, porque entonces no habría nadie que me repele. La palabra habituarse es atroz. Soy uno de los cineastas en México a quien no le han estrenado un sinnúmero de cintas", dijo Ripstein con anterioridad en estas páginas.
Y Paz, en entrevista telefónica, aseguró que "las cintas están pensadas para aparecer en pantalla grande y me da gusto que Cineteca nos dé esta oportunidad. Las personas al frente de ella están dedicadas a promover el buen cine al margen de su calidad comercial. Lo terrible es que estamos siendo secuestrados por el sistema de distribución y exhibición que quita las voces plurales, que elimina a los que están fuera de la gran corriente. Es vergonzoso que discutamos eso de la distribución y exhibición. No nada más en relación con el cine, sino también con la literatura. Sólo dos o tres autores tienen espacio".
La escritora reiteró: "Es una lástima la cantidad de buenas películas que uno no ve. Reitero: agradezco a la Cineteca dar la oportunidad de ver ésta, mi cinta, y muchas otras que uno no tiene chance de ver en pantalla grande".
La virgen de la lujuria ha sido exhibida en muchos festivales internacionales, es una película verdaderamente sabrosa. Situada en los años 40, narra la historia de un camarero con una vida mediocre, al cual le cambia la existencia cuando aparece una deliciosa prostituta española no exenta de cierta ternura, autodestructiva e imprevisible. Entre ambos surge una relación sadomasoquista. El hombre es capaz de hacer cualquier cosa por hacerse merecedor del amor de Lola, inclusive matar.
Guionista o director
Se le comenta a Paz sobre el tema de la autoría de las cintas. Unos dicen que es del guionista y otros, del director.
"La voz es la del director, es como está organizada la idea del guión, en torno a eso, hay unos ojos", asegura la guionista. "Yo escribo guiones detallados, pero se quedan en el papel y el cine está hecho de celuloide. Procuro ir al set porque es una manera de desprenderme de la criatura o de parir al niño para que me lo arrebaten. Un guionista debe saber que su niño tiene que ser secuestrado por los ojos de quien filmará (el director). Voy cediendo en cada secuencia y participo en los cambios, pero el capitán del barco es el director. Los guionistas somos el cerebro de las cintas, pero no vive al margen del corazón y los pulmones, conviene tenerlo claro, en el set uno se da cuenta de que es ejercicio de colectividad, aunque nuestro ego resulte dolido, sacudido, no importa, lo relevante es el producto final."
En cuanto a la nueva pretensión de algunos cineastas de buscar los modos de producir más, inclusive con el recientemente aprobado artículo 22 del impuesto sobre la renta, lo que le preocupa a la escritora no es de dónde sale el dinero para producir, sino qué es lo que se decide producir. "Si los que deciden qué debe producirse son personas en las que priva el criterio comercial, no le veo el caso al artículo. Para unos, el cine mexicano es una industria, para mí es un arte. El Estado tiene el deber de promover todo tipo de cultura al margen de los beneficios que le reditúe. No tienen que producir éxitos de taquilla, cine comercial, pues".
Considera que el tema de sus cintas no ha tenido que ver con que no se distribuyan. "Sólo en París se prohibió el póster de La virgen..., algo baladí, pero no nos ha tocado más censura que la económica. El productor que te dice: 'esto no vende', y esa censura es muy feroz, contra la que debemos luchar".
Paz Alicia escribe todo el tiempo, eso es lo que "la mantiene viva"; sin embargo, al momento no tiene un proyecto en concreto, o no lo quiere decir, porque "si digo en voz alta se sala, pero siempre estoy escribiendo"
En La virgen de la lujuria, basada en el relato La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco, de Max Aub, actúan Luis Felipe Tovar, Ariadna Gil, Juan Diego, Julián Pastor, Patricia Reyes Spíndola y Daniel Giménez-Cacho. Dura 145 minutos.