Universidades no han contratado investigadores en 10 años
La falta de plazas alienta la fuga de cerebros: especialistas
La carencia de plazas definitivas para jóvenes científicos en prácticamente todas las instituciones, universidades públicas y centros de investigación del país, es una de las principales causas por las que muchos deciden migrar a otros países en busca de oportunidades laborales, aseguraron especialistas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
Destacaron que no es falta de "patriotismo o interés por retornar al país que nos formó, por el contrario, desde hace casi una década existe inquietud en jóvenes científicos que concluyeron su doctorado en el extranjero de retornar a sus lugares de origen, pero no tienen las condiciones ni a qué volver, pues no cuentan con el apoyo para, por lo menos, montar un laboratorio".
Jorge Sánchez, profesor-investigador del departamento de Farmacología y Toxicología del Cinvestav, destacó que la ausencia de una perspectiva profesional y de fuentes de empleo que les permitan desarrollar su campo de estudio en el país, "es sin duda, la principal razón por la que muchos jóvenes investigadores deciden migrar al extranjero".
La insuficiencia de plazas para nuevos investigadores es una "constante en todas las instituciones públicas dedicadas a la investigación científica, al igual que los raquíticos financiamientos del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt), que además se entregan de forma tardía, pues existen proyectos de investigación autorizados desde 2005 que aún esperan financiamiento".
Es prácticamente "imposible", aseguró, que existan cerca de 3 mil plazas definitivas, cuando en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Cinvestav, pero también en centros y universidades estatales, "el mayor problema que enfrentamos es que no podemos contratar a ningún nuevo investigador desde hace más de 10 años".
Sergio Sánchez-Armáss, profesor-investigador del departamento de Fisiología y Farmacología de la UASLP, aseguró que la escasez de puestos laborales es tan grave que el propio Conacyt creó desde hace algunos años las llamadas plazas posdoctorales, "pero no son definitivas y sólo sirven para que los jóvenes científicos tengan un empleo temporal en lo que logran colocarse en una institución extranjera".
En los hechos, indicó, estamos formando más doctores y científicos de los que podemos emplear, lo que significa una enorme pérdida de capacidad y recursos humanos altamente calificados, que permitirían no sólo impulsar el desarrollo económico del país, sino también garantizar mayores oportunidades de resolver los graves problemas que enfrentamos en diversos campos científicos.
La escasez de plazas, insistió, propicia que los grupos de investigación "vayan desapareciendo lentamente, ya sea por la jubilación de los investigadores o porque sencillamente no se autorizan nuevas plazas definitivas".
Al respecto, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, señala que la migración de capital humano altamente calificado, fenómeno conocido como fuga de cerebros, en términos de desarrollo humano y bienestar público es "incalculable" para los países en desarrollo.
Los gobiernos, alertó, destinan sus "escasos recursos a subsidiar la educación y formación especializada de investigadores, quienes posteriormente abandonan el país llevándose consigo las potenciales ganancias sociales y económicas".