El actor cumple hoy 70 años; quiere seguir "mucho tiempo más frente a las cámaras"
"A veces me siento muy viejo para el cine": Jack Nicholson
Se caracteriza por vivir según sus propias reglas: es excéntrico, impredecible y genial
Su marca: una diabólica sonrisa, un frío sarcasmo, un encanto increíble y unos lentes de sol
Ampliar la imagen En su trabajo más reciente, The Bucket List, Nicholson interpreta a un hombre enfermo de muerte. La imagen, de la famosa cinta Atrapado sin salida, de 1975 Foto: Tomada de jacknicholson.org
Nueva York/ Hollywood, 21 de abril. Jack Nicholson obtuvo su primer Oscar como interno de un manicomio. La figura destrozada y rebelde del paciente clínico Randle McMurphy en la exitosa película Atrapado sin salida (One flew over the Cuckoo's Nest), de 1975, es hasta hoy un papel ejemplar, y una especie de leitmotiv para su vida: esta su-perestrella de Hollywood, con un total de tres Oscares y doce nominaciones, siempre ha sido un hombre que vive según sus propias reglas; es excéntrico, impredecible y genial.
Nicholson celebra este domingo su cumpleaños número 70. "¿Soy demasiado viejo para el cine? A veces lo siento así", señaló hace poco, inusualmente reflexivo, aunque agregó de inmediato: "Quiero seguir mucho tiempo más frente a las cámaras".
Puede escoger el papel que quiera. No quería interpretar el más reciente como jefe mafioso en la película de suspenso Los infiltrados (The Departed), de Martin Scorsese -premiada con cuatro Oscares-, hasta que le aseguraron que podría cambiar los diálogos a voluntad.
"Yo interpretaba al tipo malo y quería llevarlo al máximo. Quería que el sujeto se convirtiera en un monstruo". Improvisó en las locaciones a la mitad de la filmación y sorprendió, una y otra vez, con nuevas piruetas. "Estábamos felices cuando se quedaba en la sala", contó el director de fotografía Michael Ballhaus.
Desde su primer gran éxito como el abogado alcohólico George Hanson en la cinta de culto Easy Rider (1969), Nicholson se esfuerza por dar la imagen de un hombre al límite. Hace mucho que su diabólica sonrisa, su frío sarcasmo y su increíble encanto se convirtieron en una marca; esto, sin olvidar sus lentes de sol. "Con ellos soy Jack Nicholson; sin ellos, soy gordo y tengo 70 años".
También en la vida real este colérico llama siempre la atención con sus excéntricas acciones. Además de cultivar una imagen de macho, trata de contar lo menos posible sobre sí mismo.
Por eso casi nada comentó del gran quiebre en su vida. A los 37 años se enteró de que su supuesta madre -con la cual creció en Nueva Jersey- en realidad era su abuela, y de que su hermana mayor, June, era su verdadera progenitora, quien lo tuvo a los 16 años y lo dejó al cuidado de la abuela.
Cuando se reveló la verdad, ambas mujeres habían muerto, y Nicholson no quiso conocer a su padre. "La gente no puede entender que este engaño no me indignó", dijo una vez. "Pero, ¿por qué debería enojarme por algo que funcionó?"
Este tema marcó, sin embargo, su experiencia con las mujeres. Nicholson tiene cinco niños con cuatro. Sólo estuvo casado una sola vez, entre 1962 y 1968, con la actriz Sandra Knight. Con Anjelica Huston, hija del director estadounidense John Huston, mantuvo una tormentosa y cambiante relación durante 13 años. Pero, definitivamente, tronó cuando embarazó a la mejor amiga de su hija Jennifer, la modelo Rebecca Broussard.
Con el paso del tiempo, las mujeres se volvieron cada vez más jóvenes y sus afirmaciones más subidas de tono. "Sólo tomo viagra cuando estoy con más de una mujer", fanfarroneó. O: "Me tiré a todas las mujeres, probé todas las drogas y tomé todos los tragos".
El ascenso
Sin embargo, hasta un hombre como Nicholson comenzó desde abajo. Después de terminar la escuela secundaria trabajó, en 1955, como mensajero de la sección de dibujos animados de la Metro Goldwyn Mayer y sobrevivió con guiones y pequeños trabajos de dirección, y luego con una serie de películas de serie B.
Sólo después de Easy Rider las cosas empezaron a mejorar. Siguieron éxitos como Chinatown (1974), de Roman Polanski; El resplandor (The Shining, 1980), de Stanley Kubrick, y El honor de los Prizzi (Prizzi's honor, 1985). Sus otros dos Oscares los obtuvo como ex astronauta y alcohólico en La fuerza del cariño (Terms of endearment, 1983) y como neurótico urbano en la comedia sarcástica Mejor, imposible (As good as it gets, 1997).
Hace mucho que Nicholson es uno de los actores mejor pagados del mundo. Legendario es su contrato por el papel del malvado Joker en la versión fílmica de Batman (1989), por el que cobró 60 millones de dólares. Por otro lado, le gusta apoyar producciones pequeñas e independiente. Por la cinta Asesino oculto (The crossing guard, 1995), de Sean Penn, sólo pidió el sueldo mínimo legal de 500 dólares semanales. "Sí actúo, ya no es una pequeña película".
El veterano Nicholsn mostró también una nueva faceta en 2001 en la tragicomedia Acerca del señor Schmidt (About Schmidt), de Alexander Paynes, en la cual muestra, sin arrogancia, las partes difíciles y feas de envejecer.
Su último proyecto es la cinta de Bob Reiner The Bucket List. En ella interpreta a un hombre enfermo de muerte, que junto con otro paciente de cáncer (Morgan Freemann), huye de una clínica, para ocuparse de sus últimos asuntos. Debido a la filmación, en la última entrega de los Oscares el actor apareció completamente calvo. Incluso los fotógrafos no lo reconocían: una experiencia nueva para Nicholson.