Usted está aquí: domingo 22 de abril de 2007 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez

Atanasio, Uribe y Casasola

SI EL SER humano pudiera conocer con cierta anticipación los laberintos de su destino y no reducir éste a la casualidad o a la suerte, seguramente la existencia de los individuos resultaría menos azarosa.

El 26 de febrero pasado el morelense Atanasio Velázquez, promesa en el arte de matar toros, sufrió un terrible accidente cuando se dirigía a una ganadería acompañado del novillero Rodrigo Muñoz. Mientras éste resultó con fractura de costillas y lesiones internas en tórax y abdomen de las que afortunadamente va saliendo, Atanasio sufrió diversas fracturas: de cráneo a nivel frontal, de nariz, de la clavícula izquierda y de la séptima costilla, así como un severo edema cerebral.

El calvario sufrido por Atanasio y sus familiares ha sido indecible. La paraplejia ha ido cediendo paulatinamente, a base de terapias y estimulación muscular, ha experimentado leves movimientos en los muslos, y al no existir sección medular, los médicos están optimistas en cuanto a que el herido pueda recuperar la función de sus piernas.

Sin embargo, se agotaron todos los recursos económicos, tanto los del seguro de la camioneta que conducía Atanasio como el de gastos médicos que proporciona la Asociación Nacional de Matadores. Por ello, en un elemental acto de solidaridad, el viernes 18 de mayo se llevará a cabo en la Plaza Arroyo un festival en beneficio del matador, con la participación de Fermín Espinosa; Guillermo Capetillo; José Antonio Ramírez, El Capitán; Eulalio López, El Zotoluco; Ignacio Garibay, y Arturo Macías, con reses de San Martín, Arroyo Zarco, Santa María de Xalpa, San Isidro, Carranco y José Marrón. El boleto costará 800 pesos, incluye cena y la actuación de la cantante Aída Cuevas.

Jorge Uribe Camacho no es matador de toros, sino uno de esos excepcionales médicos comprometidos a conciencia con la salud de sus pacientes, al grado de que aún no recibe el pago de sus honorarios por las intervenciones y tratamientos de Atanasio, y que al frente de un equipo interdisciplinario lenta, pero tenazmente, va ganando la batalla por la recuperación del torero.

El festival está organizado por Alfredo Gómez, El Brillante; Gustavo Campos; Arturo Velázquez, Talín, y Leopoldo Casasola, éste último autor de una muy importante faena el domingo pasado en la Plaza México, cuando cortó la oreja a su primer toro -de La Cardenilla-, encastado y con peligro sordo, al que supo someter en vibrantes tandas.

Polo Casasola es uno de esos casos en que valor y afición han sido inversamente proporcionales a los resultados, pero no por falta de técnica, sino por lo que podríamos llamar carencia de asesoría comunicacional. Si el muchacho mejora su modo de ponerse en contacto consigo mismo, con el toro y con el tendido, en muy poco tiempo hará valer las cualidades que atesora.

Hoy, en la segunda corrida en la México, harán el paseíllo Enrique El Cuate Espinosa, José Rubén Arroyo mágico torero- y Guillermo Martínez, con otro encierro de La Cardenilla, en lugar del rechazado Funtanet.

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