La Megabizcocho presentará mañana su nuevo espectáculo en Lunario del Auditorio
Rosa mexicano, íntima caricia para la epidermis de bronce: Regina Orozco
Cómo veo la historia y mi confusión de ser mexicana, es el tema central, explica
Tiene como eje la Malinche, la Conquista y las revoluciones de 1910, entre otros
Ampliar la imagen El vestuario es muy colorido... ¡Me siento muy mexicanota!... ¡Muy grandota!, afirma Regina Orozco
El nuevo espectáculo Rosa mexicano, de la actriz, estrella del performance, vedette, soprano, temperamental, pasional, divertida, intensa, creadora y hacedora de carcajadas y lágrimas, Regina Orozco, "es una íntima caricia para la epidermis de bronce; es un homenaje a mi sangre mexicana", expresó en entrevista la también llamada Megabizcocho, quien presentará dicho show el viernes 27 de abril, en el Lunario del Auditorio Nacional.
Durante más de tres décadas, su propuesta se ha caracterizado por ser sólida, hilarante, única e inteligente. Ahora, para celebrar sus 35 años de vida artística, se presentará en el Lunario con este nuevo y exorbitante montaje. Rosa mexicano es el nuevo espectáculo y, a la vez, el más antiguo, pues reúne el arte de ayer y hoy. Su esencia es un álbum de postales típicas, es un "flasheo" de imágenes que retratan a un país multirracial y pluricultural.
El espectáculo tiene como eje "y muy bien desmenuzaditos" a la Malinche y los sacrificios humanos ("sin agraviar a Gibson"). También forman parte la Conquista y sus secuelas coloniales, "que por cierto son mucho más que un estilo de muebles". El chauvinismo, los férreos nacionalismos junto con la familia mexicana y sus tradiciones; una de ellas, la migración, que tienen un papel protagónico. No podían estar ausentes la Revolución de 1910 y la otra revolución, la del 68, como tampoco iconos como la Patria, las artesanías y nuestra Virgen de Guadalupe.
Este vaivén de facetas históricas e histriónicas que conforman y que forman a Regina vedette en Rosa mexicano, las analiza la misma Orozco por medio de El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, y México profundo, de Guillermo Bonfil. Rebusca en esos textos de manera obsesiva la razón de ser del mexicano, su esencia e idiosincrasia; descompone y propone el colorido y rítmico abanico de la mexicanidad. A la vez es una propuesta matizada con sus ideas, referencias, recuerdos, mejores momentos emocionales y su compromiso con el escenario y con el México que nos toca vivir.
En gran cabaret, Regina luce oropel para cantar a los clásicos trovadores que le dieron esencia. Canciones como Alma mía, La borrachita, Nunca, México lindo y querido, La Delgadina, Lejos de ti y Un mundo raro, entre otras, son las coprotagonistas de Rosa mexicano. Con música totalmente en vivo, sus cómplices son un piano e instrumentos de percusión, cuerdas y aliento. Todas las melodías son cobijadas por los arreglos musicales de Rodolfo Ritter, Baldomero Jiménez, Rebeca Orozco e Isaac Bañuelos.
Regina produce, escribe y dirige; la coordinación general del mismo está a cargo de su mánager León Faure. Forman parte medular del proyecto y de la realización Roberto Cabral, como productor artístico, y Juan Larios, como director creativo.
Monografías escolares, un punto de partida
Un punto de inicio de la reflexión para este show fueron las monografías escolares, explicó. "Están los libros de texto, todo lo que creo que puede ser México, que puede ser interminable. Podría hacer un espectáculo de no sé cuántos meses. Es un concierto visual y meto momentos de cabaret, pero me concentro más en lo que es la música. Son 14 canciones y una pieza es un popurrí.
"El vestuario tiene que ver mucho con la escenografía; son ocho vestidos. Es muy colorido y muy surrealista, como es México. Me siento como más terrenal -con los vestidos-, como si tuviera tierra en los pies. Por todo esto puede ser más sensual. Las escenas varían y me siento... ¡muy mexicanota! ¡Muy grandota!"
Extraños, muy complejos
El tema central, precisó, es la manera "como veo la historia y mi confusión de ser mexicana. El libro El laberinto de la soledad sigue reflejando en mucho la sicología del mexicano. Somos totalmente extraños, muy complejos. Claro, también depende de quiénes, pues tenemos una parte amorosa... bueno, quitando a ciertos políticos, eso sí, bueno casi a todos. Tenemos mucho apego a la familia, a la madre. Somos incrédulos, con una parte de fe, de flojera, queremos irnos muchas veces por el camino fácil.
"A veces somos herméticos, compartimos todo. Hay mucha complejidad en esto que se llama ser del mexicano. De la Malinche hay tantas historias que yo lo que hago es un homenaje amoroso, porque también fue vendida. El humor de este espectáculo abunda, pero también hay mucho dolor. Es cáustico, porque hago cabaret".
La burla del mexicano hacia sí mismo, dijo, es una catarsis, una cura. "Es como tener dos caras: somos muy conformistas, pero también nos burlamos. Eso ayuda a relajarnos, pero creo que nos relajamos demasiado. Todos los mexicanos, desde Slim y hasta un militar corrupto o una marchanta divina tenemos esta parte del mexicano muy compleja".
Actúa, dirige y muchas cosas más. Eso se debe a que "a veces me agarro en un estrés brutal", dijo.
Regina Orozco en Rosa mexicano. Lunario del Auditorio Nacional. 27 de abril. 250 y 250 pesos. Boletos en Ticketmaster, 5325-9000, y en taquillas del foro.