Contra el maquiavelismo
El paso de abril
Breve estiaje. Empiezan en la capital las lluvias. La vida pública se desliza monótona. Previsible. Gris relieve del gobierno de Calderón, continuación del de Fox. El continuismo es a lo que aspiran. No puede cumplir promesas ni cambios. La postura de la oposición no es fácil. No nos han reprimido con la ferocidad de Salinas. Apuestan al control de los medios. Se proponen crear la ilusión de que aquí "no ha pasado nada". AMLO desapareció. El éxito de la concentración del 25 de marzo es minimizado, ¿y las giras?, como si se dieran en Marte. Esto nos permite trabajar a fondo en lo fundamental: organizar el movimiento obradorista, que tiene partidarios en todo el país. Centenares de miles de personas se han registrado en 300 municipios. Cada semana aumenta la cifra.
Calderón vinculó su legitimidad a la ofensiva del Ejército contra el narcotráfico. Puñal de dos puntas: puede desprestigiar a las fuerzas armadas y/o convertir al Ejército en un factor primario de la política. Como no lo había sido desde el siglo XIX. Militarizar la vida pública puede tener consecuencias desastrosas.
Durante todo abril hay revelaciones sobre irregularidades y abusos del gobierno de Fox. Esta semana sabemos de la transferencia ilegal al sindicato de Pemex de mil 724 millones, autorizada por Raúl Muñoz Leos. ¿Fox no sabía nada? Los panistas han aprendido los usos y costumbres del PRI. Nadie exige cuentas a Fox. Calderón no puede, porque dañaría los soportes de su gobierno. Mantendrá la regla de oro: garantizar la impunidad para poder gobernar.
Se despenalizó el aborto en la capital. Muestra a contraluz de nuestro atraso. Este debate se dio y se superó hace 30 años en Europa. En el Distrito Federal los dos bandos abusan de la opinión pública. Los reformistas (quienes tienen la razón) permitieron extender el debate por meses y atrincherarse a sus contrincantes. Además perdieron la oportunidad de utilizar el referendo que permite la ley capitalina.
A los reaccionarios les fue peor. La interferencia de la Iglesia reafirmó la convicción de que la democracia sólo puede existir en el Estado laico. Las manifestaciones contra la despenalización no atrajeron ni a 3 mil personas. El PAN pagará factura con el sector más moderno de la sociedad.
Una barroca comisión ejecutiva se instaló para negociar la reforma del Estado. Sartori se mofó del ejercicio prediciendo su ineficacia. No puede banalizarse el tema, pero los legisladores están arriesgándose a otro desprestigio. Una mancha más al tigre. La reforma electoral es el único objetivo realista. Una especie de ajuste de cuentas por la elección fraudulenta de 2006. Quizás habrá nuevo consejo general y algunos controles al dinero y a los abusos de los medios. Debería revisarse toda la estructura del IFE. Reducir sus costos y sacar de ahí a los profesores que dejó Elba Esther en puestos clave.