Unos 200 iraquíes, en su mayoría niños, conmemoran en Auja el natalicio de Hussein
Mueren 74 personas por la violencia en Irak; 55 de ellas, en Kerbala
Sepultan con honores de "mártires" en la ciudad santa a víctimas del ajusticiado presidente iraquí
El clérigo chiíta Moqtada Sadr llama "anticristo" a Bush; lo insta a retirar las tropas del país árabe
Ampliar la imagen Bomberos iraquíes intentan apagar los restos del coche bomba que estalló ayer en la ciudad santa de Kerbala Foto: Ap
Kerbala, 28 de abril. Al menos 74 personas murieron hoy por la violencia en Irak, 55 de ellas en un atentado suicida con coche bomba en la ciudad santa chiíta de Kerbala, al sur de Bagdad, en tanto que en Tikrit unas 200 personas, en su mayoría niños, se reunieron ante la tumba del derrocado presidente Saddam Hussein para conmemorar el día de su nacimiento.
"Al menos 55 personas murieron y 70 fueron heridas, entre ellas muchas mujeres y niños", dijo Salim Kazim, portavoz del Ministerio de Sanidad en Kerbala, donde está el mausoleo del imán Hussein, una de las figuras más importantes del Islam chiíta.
Según los servicios de seguridad, un atacante suicida explotó su vehículo a 200 metros de otro mausoleo, el del imán Abbas, durante la mañana de este sábado.
En la misma ciudad, ubicada a 110 kilómetros de Bagdad, otro atentado suicida provocó la muerte de 42 personas el 14 de abril.
En tanto, al menos otros 19 muertos, 14 de ellos en Bagdad, fueron el resultado de varios tiroteos, atentados con bomba y disparos de mortero, durante enfrentamientos en distintos puntos de la nación invadida.
Entre las víctimas de Bagdad están cuatro empleados de la Media Luna Roja, que recibieron disparos cuando circulaban en minibús por el barrio Bayia.
Cinco personas más perecieron en Kirkuk, Samarra y Mosul. Cerca de Kerbala se halló también muerto a un niño de cinco años que fue alcanzado por el disparo de un mortero.
El ataque tiene las características de los perpetrados por la rama iraquí de Al Qaeda, que ha buscado llevar a Irak a una guerra civil a gran escala entre la mayoría chiíta y la minoría sunita, dominante bajo Saddam Hussein.
El comandante del ejército de Estados Unidos en Irak, general David Petraeus, dijo el jueves que la red internacional Al Qaeda está comprometida a realizar ataques "sensacionales" con el objeto de inyectar una violencia sectaria más intensa en el país invadido.
En declaraciones en Washington, Petraeus afirmó que la red Al Qaeda es ahora "probablemente el enemigo número uno" en Irak. El Pentágono venía sosteniendo que la mayor amenaza para la paz era el Ejército del Mehdi, del clérigo chiíta Moqtada Sadr.
Unas 200 personas, en su mayoría escolares de entre siete y 12 años, se reunieron en torno a la tumba de Hussein en Auja, su pueblo natal cerca de Tikrit, al norte de Bagdad, indicó Ali Nida, jefe de la tribu Baijat, a la que pertenecía el derrocado mandatario.
"Lo consideran su padre y depositarán una corona sobre su tumba, pero no velas mientras Irak esté sumergido en la oscuridad de la ocupación", señaló Fatin Adul Qadir, directora de una organización juvenil en la provincia.
En Baiji, al norte de la capital, varios centenares de manifestantes con banderolas, que proclamaban a Saddam Hussein "mártir de la nación", no pudieron desfilar pues su barrio estaba bloqueado por las fuerzas armadas.
Al mismo tiempo, en Kerbala, una ceremonia rindió homenaje a las 61 víctimas de la represión por Hussein durante la insurrección chiíta de 1991, luego de la primera guerra del golfo Pérsico.
Por lo pronto, los restos de las víctimas, examinados por el ejército estadunidense e identificados, fueron exhumadas de una fosa común en una base militar cercana, para ser enterrados con honores de "mártires" en presencia de unas 40 personas, dirigentes y representantes de las autoridades.
Saddam Hussein fue condenado por crímenes contra la humanidad y ahorcado el 30 de diciembre de 2006 a la edad de 69 años.
La escasa importancia de las concentraciones en favor y en contra de Hussein parecen indicar que los iraquíes pasaron la página de ese capítulo de su historia, según algunos analistas.
Por otra parte, el ejército estadunidense anunció la detención de 17 sospechosos de terrorismo en varias redadas en el país, y cuatro más en el barrio chiíta Ciudad Sadr, en Bagdad.
Llamado a potencias
En el plano político, el primer ministro Nuri Maliki dijo que las potencias extranjeras no deben intentar influir en el proceso político de Irak, tras haberse reunido en Bagdad con una delegación de senadores estadunidenses.
Previamente, Sadr llamó "anticristo" al presidente estadunidense, George W. Bush, y lo instó a escuchar las demandas de la oposición demócrata para que se retire del caos de Irak.
Sadr, cuyos ministros renunciaron al gobierno este mes, renovó su pedido un día después de que Bush prometió vetar la legislación que ordenaría el comienzo de la retirada de tropas de Irak para el primero de octubre.
Tras llamar al presidente Bush "el mal mayor", Sadr dijo en carta leída por un legislador de su movimiento en el Parlamento que un retiro eventual de Estados Unidos sería "una victoria" para el pueblo iraquí.
"Allá están los demócratas reclamando que se retiren al menos con una agenda y usted es intransigente frente a ello", dijo Sadr, cuya milicia lideró dos levantamientos contra las fuerzas estadunidenses en 2004.
"Usted es como el anticristo de un ojo. Mira con un ojo y se niega a ver con el otro", añadió.
Bush se ha negado a fijar una agenda para la retirada de las tropas de su país, al decir que sería una "fecha de rendición".
Más de 3 mil 300 militares estadunidenses murieron desde la invasión hace cuatro años a Irak, un conflicto bélico cada vez más impopular en Estados Unidos.