El género se aleja del erotismo y la irreverencia que la caracterizaba, asegura
La poesía de América Latina se ha vuelto "piernijunta": Gonzalo Rojas
El escritor chileno, figura central de la Feria Internacional del Libro de Bogotá
Ampliar la imagen El poeta Gonzalo Rojas leyendo su obra Foto: Archivo La Jornada
Bogotá, 28 de abril. Aunque sigue habiendo excelente poesía en América Latina, en buena medida también se ha convertido en una poesía "piernijunta, de pasarela", que se ha alejado del erotismo y la irreverencia que la caracterizaba, dice el escritor chileno Gonzalo Rojas.
El poeta no sólo es la figura principal de la delegación de su país -el invitado de honor de la 20 Feria Internacional del Libro de Bogotá-, sino de la fiesta editorial misma, y se le puede ver en diversas actividades en las que participa, directamente, con su poesía y sus reflexiones, o como público, rodeado siempre de lectores de todas las edades.
"He trabajado mucho todos estos días aquí", dice animado Gonzalo Rojas (20 de diciembre de 1917), y confiesa sonriente:
"Aún estoy para un rato largo porque no siento para nada esa cosa para tantos temible que se llama vejez, ¡no hay vejez, hay que decirlo de una vez: no hay vejez!"
Rojas habla durante una breve entrevista que le permiten sus 89 años y las personas que lo acompañan, y luego de una "cata de poesía" chilena en el teatro Colsubsidio.
"El estado de salud de la poesía latinoamericana sigue siendo el mismo de siempre: airosa, limpia, temeraria". Sin embargo, identifica en buena parte de los poetas actuales "un poco de miedo al manejo léxico, del idioma".
Y es que antes, agrega, "había mayor desenfado y casi descaro, sano descaro, saludable descaro. Ahora encuentro a los poetas colijuntos, piernijuntos, como las niñas necias que se pasean por los lugares de moda. Parece una poesía de pasarela. En ese sentido, la poesía latinoamericana se ha debilitado, sin duda".
Aunque el erotismo en la poesía universal, pondera, ha sido "cosa de siempre", si no, reta, habría que preguntárselo a los poetas místicos como San Juan de la Cruz o Teresa de Avila. O "a cuanto santo y santería hay: a los místicos de oriente, a los sufíes, quienes eran, en cierto sentido, sensualotes, pero a la vez místicos".
Gonzalo Rojas, ganador de los premios literarios Octavio Paz, Cervantes y Reina Sofía, entre otros, recuerda que vivió en el país vecino: "Venezuela, mi patria, como lo es toda Iberoamérica.
"Tuve el honor de ser ocho años venezolano, de trabajar en la Universidad Simón Bolívar, de dormir encima del río Guaire, en el barrio de Colinas de Bello Monte."
El recuerdo viene a cuento porque el poeta chileno ha sido designado para recibir un doctorado honoris causa por esa universidad, pero la editorial privada venezolana que publicó su antología Esencial, no ha cumplido su parte de financiar el viaje. "Que me manden los pasajes, estoy esperando, que el editor me cumpla".
Aunque Rojas visitó México en marzo pasado, dice que le gustaría regresar pronto. "México vive entre todos nosotros, hay otro México que somos todos, eso somos: iberoamericanos".
Las actividades de la feria editorial continúan, y destacan las relacionadas con la designación el lunes pasado de Bogotá como Capital Mundial del Libro 2007, como el obsequio del libro conmemorativo Palabra capital. Bogotá develada, una compilación "fragmentaria" de 76 voces de escritores nacionales y extranjeros que "fabulan" su relación con esta ciudad.
Se trata, por otro lado, de una capital colombiana de la que Gabriel García Márquez ha dicho, y lo han reproducido en un tríptico de la exposición, también celebratoria, Gabo del alma:
"Bogotá se reconcilia con el trópico en la nostalgia, y en todos estos años no ha sido otra cosa que una playa verde y desmedida, a 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar."