Impulsará el GDF centros de abasto en delegaciones
La Central de Abasto (Ceda) ha dejado de ser el canal de comercialización idóneo para cientos de productores capitalinos, pues las condiciones en que venden no son las mejores, tienen dificultades para llegar y acceder a ella, y deben enfrentarse a varios coyotes en el camino, sintiéndose obligados, en algunas ocasiones, a "tirar" su mercancía o dejar que se eche a perder.
La secretaria de Desarrollo Económico (Sedeco), Laura Velázquez Alzúa, destacó que los costos económicos que deben absorber son muy altos, por lo que algunos deciden vender sus tierras ejidales, comunales y de conservación y dedicarse a otras actividades ajenas al campo, el cual es cada vez menos rentable para miles de familias.
De las 51 mil 356 hectáreas de áreas rurales y de conservación registradas en el año 2002, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía y Estadística (INEGI) reportó tres años más tarde la existencia sólo de una superficie de 26 mil 28.72 hectáreas, casi la mitad, y la migración de muchos jefes de familia en busca de mejores opciones laborales.
La determinación por ello de impulsar la construcción de centros de acopio, con giros de venta específicos de hortalizas, granos, flores, verduras y frutas, a fin de que los productores de las delegaciones rurales de Tlalpan, Xochimilco, Alvaro Obregón, Milpa Alta, Tláhuac y Magdalena Contreras ofrezcan sin intermediarismos su mercancía muy por debajo del precio del mercado.
Tláhuac, la primera
Se iniciaría con Tláhuac, que es la principal productora de romeritos y brócoli en el país, a fin de beneficiar tanto al productor como a los consumidores, que verían sus efectos en su poder adquisitivo, comentó, al señalar que el jefe delegacional, Gilberto Ensástiga Santiago, ha planteado la posibilidad de crear cuatro centros, con un costo unitario de un millón de pesos.
El costo de éstos centros es 10 veces menor a la edificación de un nuevo mercado público, y resultaría una mejor opción tanto para impulsar el campo "defeño", que tiene la posibilidad de exportar, como para rescatarlo y detener esta "ola urbanizadora desatada desde la década pasada", precisó.
Ello sin representar una competencia desleal para los 312 mercados públicos, los cuales se someterán a una "reingeniería de fondo, debido al crecimiento de puestos de venta de productos piratas y cocinas económicas, pues no es nuestro interés cerrarlos, sino abrirlos, para que jalen gente y cuidando también el buen funcionamiento de los mercados sobreruedas".
La instrucción de la jefatura de Gobierno es atender la demanda de alimentos en las zonas de alta marginación y una posibilidad idónea son los centros de acopio, que fungirían como jornadas de abasto, como se ha hecho con el programa El mar inunda el Distrito Federal, donde los productores ofrecen pescados y mariscos frescos, a bajo precio; y se establecerían nuevos canales de venta, como los reclusorios o el DIF-DF.
Además se sostienen pláticas con productores de carne de Xochimilco, para crear un área exclusiva de venta, donde se la ofrezcan a la gente a un precio menor al del resto de los establecimientos y fomentar su consumo, el cual ha ido decreciendo ante el alza del producto, pues un kilogramo de carne tiene un costo equivalente a un salario y medio diario, comentó.