Según el PRD, la Comisión Taurina del DF es responsable del mal estado de la fiesta
Empresas, ganaderos y matadores desconocen a la Asociación Mexicana de Tauromaquia
Propone que sus integrantes sean sugeridos al jefe de Gobierno por la repudiada AMT
Ampliar la imagen El novillero Octavio García, El Payo, durante su actuación de ayer en la Plaza México Foto: Notimex
En este espacio se trata de identificar y exhibir aquellas iniciativas partidistas que, con conocimiento de causa, o sin él, contribuyen a afianzar posiciones por parte de los sectores más retardatarios del país, entre otros los que suponen que la tradición taurina de México es patrimonio de cuatro recomendados y de tres listillos.
Por lo pronto, la lamentable iniciativa de reformas a la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal, presentada recientemente por seis diputados del PRD en la Asamblea Legislativa, logró lo imposible: la publicación, el pasado viernes, de un comunicado conjunto por parte de las asociaciones de empresarios, ganaderos y matadores -los subalternos siguen en su papelón- en el que rechazan y desconocen a la sospechosa Asociación Mexicana de Tauromaquia, AC (ver La Jornada del domingo 29 de abril de 2007).
Tras ese importante comunicado ya sabrán codemos, conados y demás autoridades aludidas si hacen como que la virgen les habla o le entran al toro de la responsabilidad y dejan a un lado, siquiera en lo taurino, complicidades y amiguismos.
En su dilatada y autorreguladora exposición de motivos para modificar la ley, el joven diputado Mauricio Alonso Toledo Gutiérrez continúa, con brújula pero sin imán, tratando de encontrar responsables de la crisis taurina donde a lo sumo hay comparsas:
"En fin, una gran cantidad de estas irregularidades surgen a partir de una debilidad estructural de la Comisión Taurina del Distrito Federal, que conlleva a la desorganización de las actividades taurinas. Por tanto, urge la necesidad de que esta comisión se convierta en un verdadero órgano técnico capaz de asesorar al jefe de Gobierno de la ciudad de México en esta especialidad, que sus integrantes realmente cuenten con un perfil para desempeñar el cargo"...
Temerario se despatarra para que salga el peine: "En ese sentido, la Comisión Taurina constituye una de las piezas fundamentales dentro del arte taurino, por lo que necesariamente debe ajustarse a las necesidades que un sector de la sociedad demanda. Para lograr coadyuvar con este fin resulta importante modificar la actual estructura, en donde sus integrantes ya no sean nombrados únicamente por el jefe de Gobierno, sino que se le dé la participación a organismos especializados en la materia, como es el caso de la Asociación Mexicana de Tauromaquia, AC"...
Y coreándose a sí mismo, remata: "En este sentido, nos parece que para la integración de la Comisión Taurina sea la Asociación Mexicana de Tauromaquia la que presente las propuestas de su conformación, y el jefe de Gobierno sea quien los nombre y ratifique. Con esta reforma daríamos un avance importante para el buen desarrollo de la tauromaquia en nuestra ciudad".
Es decir, según esta torpe y sesgada iniciativa perredista ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el buen desarrollo de la tauromaquia en nuestra ciudad ya no es responsabilidad de empresarios, ganaderos y matadores, sino de los integrantes de la Comisión Taurina del DF. ¡De haberlo sabido se habrían ahorrado 12 largos años de ineptitudes, abusos y fraudes impunes!
Autocomplacido, este becerrista del asambleísmo propone de plano derogar el artículo 43 de la Ley de Espectáculos. ¿Por qué? Porque a los metidos a promotores de la Plaza México les estorba, sobre todo su fracción cuarta, sistemáticamente incumplida:
"Para poder vender el derecho de apartado el titular deberá anunciar completo el elenco de matadores de toros, con especificación del número de corridas en que actuarán y las ganaderías contratadas, con detalle del número de encierros que a cada una corresponda; pero no podrá hacer el anuncio de elementos pendientes de contrato. Los contratos correspondientes al número de encierros anunciados en el derecho de apartado deberán celebrarse con los ganaderos cuando menos con 90 días hábiles de anticipación a la venta del derecho de apartado; en tanto que los contratos de los participantes que intervengan deberán celebrarse cuando menos con 15 días hábiles de anticipación a la venta señalada".
Si el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprueba tan inconsistente y torcida iniciativa en favor de la públicamente repudiada Asociación Mexicana de Tauromaquia, habrá demostrado su verdadera filiación: traicionar a México.