Estiman que el aspirante conservador mantendrá la ventaja de aquí al domingo
Analistas franceses no declaran ganador tras el debate Sarkozy-Royal
La socialista acusa a su oponente de "inmoral" y de hacer propuestas "brutales"
Ampliar la imagen El derechista Nicolas Sarkozy, ayer durante el debate realizado en un estudio de televisión en París Foto: Reuters
Ampliar la imagen La socialista Segolene Royal, ayer durante el debate realizado en un estudio de televisión en París Foto: Reuters
París, jueves 3 de mayo. Los candidatos a la presidencia de Francia, el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Segolene Royal, alzaron las espadas el miércoles en un esperado debate televisivo en el que pretendieron conquistar a los indecisos, a cuatro días de la segunda vuelta de los comicios con propuestas y también acusaciones mutuas.
La expectativa que generó este duelo, que duró dos horas y 40 minutos, radicaba en que era el primero en los últimos 12 años en Francia, y también el único careo público entre ambos candidatos después de una larga y animada campaña electoral que ha sido seguida con gran interés en Francia y en el exterior.
El principal objetivo de los dos finalistas era atraer el voto de los 6.8 millones de franceses que en la primera ronda electoral, el 22 de abril pasado, apoyaron al centrista Francois Bayrou y que serán cruciales en el resultado del próximo domingo.
Según los últimos sondeos, el candidato conservador logrará el domingo 52 por ciento de los votos, frente a 48 por ciento de Royal, lo que representa que la ventaja del abanderado conservador se redujo dos puntos.
"Creo en la acción. Quiero actuar al servicio de mi país, Francia me ha dado todo y se lo quiero devolver (...) No traicionaré y no mentiré", aseguró al término del debate Sarkozy, vestido de traje oscuro y corbata a rayas.
Ataviada con un sobrio conjunto de falda y chaqueta gris oscura y camisa blanca, Royal concluyó en cambio defendiendo su condición de mujer y de madre de cuatro hijos para intentar convencer "a los que dudan".
Sentados frente a frente y entrevistados por dos veteranos presentadores en un estudio de tonos azules, ambos candidatos intentaron borrar la imagen que han dado durante la campaña: Sarkozy de hombre agresivo aunque preparado, Royal de mujer tranquila pero incompetente.
El candidato conservador, que empezó con un discurso pausado y respetuoso, logró finalmente sacar de sus casillas a Royal y presentarse como el "hombre tranquilo".
La candidata socialista, por su parte, atacó desde el principio a su oponente, ex ministro de Interior en los últimos cuatro años, calificando algunas propuestas de "brutales" y "peligrosas" y acusándolo de cometer "errores" y de ser "inmoral", una imagen que ha perseguido a Sarkozy durante toda la campaña.
Discuten sobre economía, seguridad y migración
Los temas económicos ocuparon la primera parte del debate, en que Sarkozy tachó la ley de las 35 horas de trabajo semanales de "catástrofe generalizada", y prometió acabar con el desempleo en los próximos cinco años.
"De los 10 países de la Unión Europea con pleno empleo, ninguno aplica las 35 horas", recordó Sarkozy.
La socialista abrió la puerta a la reforma de la ley de las 35 horas previa negociación con los sindicatos, pero dejó en claro que es una norma que representa una "conquista social".
En cuanto a la deuda pública, que supera 60 por ciento del PIB que fija la Unión Europea, el candidato de derecha propuso pagarla recortando el gasto público, mientras que Royal planea impulsar el crecimiento económico a través de más ayudas a las pequeñas y medianas empresas y después reducir el nivel de endeudamiento.
En el plano de la seguridad, Sarkozy subrayó los resultados positivos de sus cuatro años pasados en el Ministerio de Interior y Royal lo acusó de ser el responsable del aumento de los actos de violencia en los últimos tiempos.
En otra cuestión importante en Francia, la inmigración, ambos coincidieron en regularizar a extranjeros estudiando los casos "uno por uno", aunque Sarkozy fue como siempre más claro: "Francia no puede asumir toda la miseria del mundo. Tenemos derecho a elegir quién entra en nuestro territorio".
Minutos después del debate, la mayoría de los analistas políticos coincidieron en que ninguno de los dos candidatos se destacó especialmente y que como máximo, habrá un movimiento de uno o dos por ciento de los votos.
"Hubo dos ganadores, con una ligera ventaja para Sarkozy, pero Royal no cayó en la trampa que le tendió su rival para presentarla como incompetente", declaró el politólogo Christophe Barbier.
Xavier Bertrand, vocero del candidato conservador, consideró que "Sarkozy inspiró confianza y consiguió ser preciso y concreto". Para el ex ministro Jack Lang, consejero de Royal, la candidata "estuvo impresionante desde el principio hasta el final y mostró que está la altura de la función presidencial".
El debate fue visto según las previsiones por 20 millones de telespectadores.
En 2002 no hubo careo de este tipo porque Jacques Chirac se negó a competir con su oponente en la segunda ronda presidencial, el líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, que había derrotado al socialista Lionel Jospin.