Muchos atestiguaron la ruina de sus casas; el gobierno ofrece ayuda sicológica
Temor, secuela en niños de Piedras Negras que sobrevivieron al tornado
Piedras Negras, Coah., 5 de mayo. "Mami, ¿esta casa no se va a caer?", preguntó Regina la primera noche que le tocó dormir en su nuevo hogar. Y es que, a sus ocho años, ha sido testigo de cómo el agua y el viento arrasaron en dos ocasiones su casa y todo lo que había adentro.
En abril de 2004, cuando tenía cinco años de edad, el desbordamiento del río Escondido destrozó las paredes de su casa. Tres años después, cuando apenas se empezaban a recuperar, un tornado destruyó por completo su vivienda.
Ahora ella y su mamá, Gabriela, viven en una casa al oriente de la ciudad, con dos habitaciones, sala, comedor, cocina, baño y un patio. Las autoridades se las entregaron con muebles y enseres. Tiene hasta televisión.
El gobierno del estado cubrió los 15 mil pesos de enganche de la vivienda y Gabriela, quien trabaja en una maquiladora, se encargará de pagar 450 pesos cada mes, durante los próximos seis años.
"La verdad nunca imaginamos que fuéramos a tener casa propia. Allá en Villa de Fuente siempre rentamos, pero ahora ya tenemos una y es de nosotros", anotó.
Sin embargo, la seguridad de tener una vivienda de concreto, en una zona libre de riesgos por desastres naturales, no ha despejado los miedos de Regina.
Desde hace 10 días tiene pesadillas. Batalla para dormir y a veces, aunque los ojos casi se le cierran por el cansancio, lucha por mantenerse despierta. "Tiene miedo", resume su madre.
"Casi siempre despierta llorando, agitada. Corre, me abraza y me pide que la apriete muy fuerte, que no la deje sola. Me dice que tiene miedo de morirse, de que todos nos muramos."
Hace una semana el gobierno del estado les dijo que nunca más vivirán en la zona sur de Piedras Negras, considerada ahora de alto riesgo por inundaciones y tornados, uno de los cuales devastó el lugar la tarde del martes 24 de abril.
"Nos fuimos hasta la cocina, nos pusimos debajo de la mesa y el techo nos cayó encima. Gracias a Dios no nos pasó nada, sólo raspones, pero mi'ja y yo salimos con vida", narra Gabriela.
Sin embargo, el miedo que siente Regina también invade a otros niños del sector sur de Piedras Negras que sobrevivieron al tornado.
"Hemos detectado que hay secuelas sicológicas, en especial miedo y en algunos casos pánico entre algunos niños. Lo que vamos a hacer es que en las escuelas, además de proporcionarles la educación básica normal, se les parcticará un examen y se les proporcionará ayuda sicológica", anticipó el gobernador del estado, Humberto Moreira Valdés.
"De hecho esta ayuda se está dando a los niños en las ocho aulas móviles que se dispusieron después de la tragedia y el apoyo será regular una vez que terminemos con la rehabilitación de las escuelas. Será un programa permanente para que los niños puedan superar esta etapa tan desagradable que vivieron", puntualizó.