Política de Bush en escuelas primarias y secundarias
Promover la abstinencia no es eficaz para abatir embarazos
Periódicos de Estados Unidos y el Reino Unido, como USA-Today, The Washington Post y The Guardian, informaron la semana pasada sobre los resultados de estudios realizados en la primera de estas naciones que "desilusionaron" a muchos congresistas conservadores, pues una de las principales conclusiones es que "la educación sexual que promueve la abstinencia como valor primordial no funciona ni para evitar embarazos no deseados, ni tampoco como método preventivo para infecciones de transmisión sexual".
La administración del presidente George W. Bush ha canalizado millones de dólares en los años recientes para promover este tipo de programas en escuelas y entre adolescentes de Estados Unidos. El financiamiento de este tipo de proyectos nunca estuvo basado en la evidencia científica, sino en preceptos religiosos.
El estudio fue solicitado por el Congreso estadunidense para demostrarse a sí mismo -y al resto del mundo- que promover el valor de la abstinencia sexual en primaria, secundaria y preparatoria reditúa beneficios.
La investigación involucró a más de 2 mil estudiantes de estos niveles escolares, 60 por ciento de los cuales fueron asignados a programas de educación sexual, en los cuales el valor fundamental y primordial era promover la abstinencia sexual hasta el matrimonio; el restante 40 por ciento fue tomado como grupo de control y no recibió ninguna información especial en el tiempo que duró el estudio.
Resultados "decepcionantes"
Los resultados no pudieron ser más decepcionantes para los grupos conservadores. Al final de la investigación, los estudiantes de ambos grupos habían tenido su primer encuentro sexual a la misma edad y sólo 23 por ciento reportó que usaban condón en sus relaciones sexuales.
Todos los que se definieron al final del estudio como sexualmente activos reportaron tener dos o más parejas sexuales.
Los adolescentes tenían relaciones sexuales aun cuando sus maestros les reiteraban el "valor" de la abstinencia.
"La educación sexual debería abordar el tema de los anticonceptivos, sexo seguro, uso del condón e infecciones de transmisión sexual, es decir, debería informar a los estudiantes sobre el mundo real -un mundo donde las personas tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio. Esto les ayudaría a entender los riesgos y responsabilidades que vienen aparejadas con el sexo", se señala en el estudio.
La educación basada en la abstinencia sexual como valor no sólo es "inefectiva", sino que desorienta a los estudiantes, se agrega en el documento.
Otro estudio realizado en 2004, promovido por el equipo del congresista Henry Waxman, de California, también reveló que la mayoría de programas basados en la abstinencia que se impartieron a millones de estudiantes contenían desinformación y elementos falsos.
Por ejemplo, en dicha investigación se afirmaba que el VIH, causante del sida, "se podía propagar por lágrimas". También se argumentaba como verdad que un feto de 43 días de formación "es un ser racional y pensante".
Otros programas
Otros cursos de abstinencia sexual desarrollados en el estado de Iowa incluían afirmaciones tales como que los problemas de "pobreza y depresión" podrían ser totalmente eliminados si todas las personas practicaran la abstinencia sexual hasta el matrimonio.
En este caso, la legislatura de ese estado tuvo que intervenir directamente para que se corrigieran dichos programas y se incluyera información basada en evidencias científicas.
Estas revelaciones pondrán seguramente en la cuerda floja futuros presupuestos en Estados Unidos que promuevan programas de educación sexual basada en la abstinencia y otro tipo de preceptos en torno a estrategias de prevención del VIH/sida o embarazos no planeados que no tienen sustento científico.
Otro aspecto importante es comprobar si los países que dependen del financiamiento de Estados Unidos o que siguen políticas públicas condicionadas por ese país se abren a la realidad de sus poblaciones en materia de educación sexual y políticas públicas.
Lo deseable, aseguran especialistas, es que cada nación pudiera aplicar estrategias y programas con base en sus necesidades y no en prejuicios "moralistas" que coarten las libertades de los ciudadanas y desdeñar la información científica.