Isocronías
Magister ludens
MELQUIADES DURAN nació en Tuxpan, Nayarit, pero desde sus 20 años -anda por los 45- radica en la ciudad de Colima; estudió la Normal en los alguna vez escenarios de La feria, de Arreola, y en su estado se licenció en historia. Por estos días -él esperaba que en el del maestro, pero no se pudo-, quizá semanas, aparecerá su segundo libro, dirigido a niños y jóvenes, con cuentos, adivinanzas y poemas. El anterior, Jardín Bonsái -haikús, algunos muy buenos-, lo publicó la Secretaría de Cultura colimense. El por aparecer, Quetzalli, lo hará la Secretaría de Educación Pública local, y llevará una presentación del profesor, lingüista y narrador Rubén Martínez González, quien piensa que la emoción intensa y concentrada que requiere la susodicha forma japonesa define en general ''el trabajo de este autor multifacético" (buscando algún dato suyo en Internet me encuentro con que también algo se aventura en la plástica).
SUS TEXTOS, ''engañosamente sencillos", indica Martínez González, educan divirtiendo, pero ''más allá de la historia y sus enseñanzas (...) invitan a hablar de ellos después de la lectura, alrededor de la mesa del comedor, desde los equipales puestos en la banqueta al anochecer, a la sombra de un almendro en flor a la orilla de un río" e incluso en el salón de clases. Escritos en un lenguaje directo, de temas fáciles y amenos, ofrecen ''una visión del Colima que ya se va perdiendo" y -''libro gozoso y, a la vez, con un tenue aroma de nostalgia"- permiten ''valorar lo que fuimos para entender lo que somos".
EL TODAVIA inédito finaliza -ni cuento ni verso- con una Oración del hijo de una maestra, escrita, sobrentendí, a petición de algunas compañeras de trabajo, y puesto que reúne tres celebraciones de por estas fechas (niño, maestro, madre), aunque algo condensada la citamos:
''SEÑOR:
''MAMA ES maestra, trabaja todo el día, y aunque el dinero nunca alcanza dice que su trabajo es bonito, noble y lleno de satisfacciones. No entiendo qué será todo eso junto, lo que sí todas las mañanas la veo salir alegre (...)
''TU QUE estás en el cielo cuídala mucho y dile que espero gustoso su regreso para (...) contarle los viajes que hice solito alrededor del cuarto... mi lucha contra el gigante de la almohada y los trabajos que me da vencerlo (...); para reírnos mucho, porque a veces reímos tanto que luego a ella le gana el llanto.
''HAZ QUE mamá no se canse porque entonces no hay besos ni abrazos, sólo un rosario de: -¡Mira cómo traes la ropa! -¿Todavía no te has bañado? -¡Recoge tus juguetes! -¡Apaga el televisor!
''Y ASI YA no puedo contarle las aventuras del día, tengo que esperarme hasta el siguiente (...)
''DICEN QUE el trabajo de mi mamá es paciencia, tolerancia, pasión, entrega (...) Algunos días se ha de cansar de eso en la escuela y acá llega sin un poco para mí.
''DALE, PUES, Señor, mucho amor, igual que el pan nuestro de cada día, pero tantito más para que haya suficiente para todos sus alumnos y siempre le ajuste para mí (...)
''SE ME OLVIDO decirte que cuando duerma le digas despacio (...) que cada vez que me preguntan de su trabajo mi corazón orgulloso responde: ¡es maestra!"