Defiende el respeto por la vida "desde su concepción hasta su natural declive"
Llega el Papa a Brasil para fortalecer a la Iglesia católica en América Latina
Es recibido en medio del despliegue de seguridad más grande en la historia del país
Ampliar la imagen El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, acompañado de su esposa, Marisa, recibió ayer al papa Benedicto XVI, en el aeropuerto de Sao Paulo Foto: Ap
Ampliar la imagen Con carteles en favor del uso del condón miembros de la comunidad gay protestaron en Sao Paulo, a la llegada del máximo jerarca de la Iglesia católica Foto: Reuters
Sao Paulo, 9 de mayo. El papa Benedicto XVI inició hoy en Brasil una visita de cinco días que busca fortalecer a la Iglesia católica y frenar el éxodo de fieles en América Latina, donde vive la mitad de los católicos del mundo, en lo que constituye su primer viaje a este continente.
En medio de un gigantesco despliegue de seguridad y del entusiasta recibimiento de fieles, desde el aeropuerto internacional de Sao Paulo envió un saludo a los pueblos de América Latina y el Caribe, en un mensaje en el que reiteró la posición de la Iglesia contra el aborto y la eutanasia.
"Muchas gracias por su generosa hospitalidad", dijo el Papa alemán a los brasileños tras descender del avión. "Estos días para todos ustedes y para la Iglesia estarán llenos de emociones y de alegría", anticipó al hablar ante unos 10 mil fieles que aguantaron varias horas de lluvia y frío para recibir su bendición.
Joseph Ratzinger dejó en claro que el objetivo de su visita no está limitado a Brasil, sino que busca fortalecer el papel evangelizador de la Iglesia en todo el continente, durante la quinta Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe (Celam), que inaugurará el domingo en el santuario de Aparecida do Norte.
Ahí, Ratzinger dijo que espera otorgar un nuevo impulso al carácter "misionero" de la Iglesia, sin renunciar a los principios fundamentales del Vaticano -hoy cuestionados por parte de la comunidad católica- como la oposición al aborto y la eutanasia.
Se manifestó convencido de que "el alma" del pueblo de Brasil y de América Latina "conserva valores radicalmente cristianos que jamás serán cancelados", y se manifestó "seguro" de que en Aparecida "será reforzada esa identidad".
"Al promover el respeto por la vida desde su concepción hasta su natural declive, como exigencia de la misma naturaleza humana, hará también de la promoción de la persona humana el eje de la solidaridad, en especial hacia los pobres y desprotegidos", destacó.
Pugna por fortalecer a la familia
En un discurso ante el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, el Papa señaló que la Iglesia católica "no dejará de insistir en el empeño que deberá ser otorgado para asegurar el fortalecimiento de la familia", que consideró "factor decisivo para el futuro de una nación".
Lula, a su vez, le dio una cálida bienvenida y se manifestó "doblemente honrado, como cristiano y como presidente, por el privilegio de saludarlo en su primera visita pastoral a Brasil".
El mandatario aseveró su compromiso con el fortalecimiento de la familia, y resaltó en su discurso la "larga y provechosa historia de cooperación" entre Iglesia y Estado en el país, en especial en programas de apoyo a los sectores más pobres de la población.
El Papa arribó al aeropuerto internacional de Guarulhos a las 16:03 hora local, y fue recibido con honores de jefe de Estado por Lula, antes de desplazarse en helicóptero al aeropuerto Campo de Marte, en Sao Paulo, donde recibió las llaves de la ciudad de las manos del alcalde Gilberto Kassab.
Luego, a bordo de su papamóvil blindado, el visitante fue saludado a lo largo de todo el camino hacia el Monasterio de Sao Bento por miles de fieles que lo festejaban con pancartas de bienvenida, banderas y pañuelos blancos, en el despliegue de seguridad más grande de la historia del país con unos 10 mil efectivos policiales, civiles y militares, además de helicópteros, cámaras de vigilancia y dos papamóviles blindados.
El tema del aborto podría formar parte de la agenda del encuentro entre Benedicto XVI y Lula, que se realizará este jueves en Sao Paulo, pese a que el mandatario brasileño anticipó que prefiere eludir las cuestiones polémicas y concentrarse en los programas sociales y en su lucha contra el hambre y la pobreza.
El ministro brasileño de Salud, José Gomes Temporao, abordó la agria polémica entre los obispos locales y el gobierno de Lula sobre la legalización del aborto. Criticó la forma en que la Iglesia está tratando el asunto, que consideró "agresiva y muy distinta a las enseñanzas de Jesús".
Subrayó que "hay un sesgo machista en esa discusión, por lo que pidió se dé un debate "sin fundamentalismos", pues "las mujeres tienen que hablar y tienen que ser oídas". Añadió que el aborto "es un asunto que las mujeres sufren y la mayoría de las veces se encuentran solas en un momento como ese; pero las leyes, las normas y los juicios son hechos por hombres".
Gomes Temporao insistió en que el debate sobre la legalización total del aborto en Brasil ya está autorizado en caso de gravidez provocado por violación o con peligro de muerte para la madre, y que este tema debe mantenerse en el ámbito de la salud pública.
El programa de mañana incluye además un encuentro del Papa con unos 30 mil jóvenes católicos en el estadio de futbol Pacaembú, en el que participarán incluso algunos menores delincuentes detenidos en la Fundación para el Bienestar del Menor de Sao Paulo y liberados especialmente para la ocasión.
El punto culminante de la visita papal a Sao Paulo tendrá lugar la mañana del viernes, cuando Benedicto XVI celebrará una misa campal en la que oficializará la canonización del primer santo nacido en Brasil, Frei Galvao.
La noche del viernes se trasladará al santuario de Aparecida, desde donde viajará el sábado a la vecina ciudad de Guaratinguetá para visitar una hacienda de recuperación para drogadictos dirigida por un fraile franciscano y el domingo inaugurará la quinta Conferencia del Celam antes de viajar por la noche de regreso a Roma.