DISQUERO
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Galenos escalenos
La producción de los grandes maestros que se formaron con Miles Davis ha continuado durante décadas. Es el caso de la obra, variopinta/extensa/intensa/mayúscula, del contrabajista Ron Carter, cuyo estilo es inconfundible tanto en su artefacto mayor como el de su invención, al que denominó piccolo-bass y que es una combinación de violonchelo y contrabajo, es decir, el paraíso para los amantes del misterio que encierran esos instrumentos que suenan a terciopelo y tienen cuerpo de mujer.
Una de las grabaciones recientes del maestro Carter es compartida y su título es un listado de sus componentes: Bill Frisell, Ron Carter, Paul Motian (Nonesuch records) y es auténtica música de cámara. Luego de varias colaboraciones equiláteras, agudas e isósceles de este triángulo magisterial, Bill Frisell los animó a crear una esfera a partir de ese triángulo y el resultado es francamente fascinante. Las célebres notas alargadas, luengas melopeas, arpegios elongados a placer por Bill Frisell se conjugan sabiamente con las escobillas tenues, caricias sobre parches del maestro Paul Motian cual Marqués de Sade acariciando cual traseros femeninos los tambores y los glissandi inconfundibles de maese Carter.
Desde los primeros compases, una atmósfera sensual, erotismo en estado puro, envuelve al escucha que no puede creer tanta belleza. Suena a paraíso.