Intercambian elogios en Los Pinos, durante la celebración del Día del Maestro
Calderón y Gordillo refrendan alianza
El Presidente plantea ejes de la reforma educativa retomando propuestas de la ex priísta
La celebración del Día del Maestro fue escenografía para que el presidente Felipe Calderón y la lideresa del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, refrendaran sus compromisos: el Ejecutivo retomó la agenda de reforma educativa propuesta por la ex priísta y dijo que no es posible realizarla sin los profesores, mientras la segunda habló por los que "están y no están", y le manifestó su respaldo.
En lo que fue su primera aparición pública al lado de la dirigente magisterial, el Presidente consintió a su aliada, a quien no sólo besó y abrazó en dos ocasiones, sino que ensalzó durante su discurso y posó en una sesión de fotos con cada uno de los maestros premiados, en una ceremonia de casi dos horas.
La profesora, quien meses antes se había reunido en privado en Los Pinos para delinear una propuesta de reforma educativa precisamente el día de su cumpleaños, soltó: "Señor Presidente: ¡Muchas gracias por su respuesta del 15 de mayo. En verdad se la agradecemos profundamente! Los que estamos aquí y los que no están, le decimos: estamos con usted por la búsqueda del futuro y el presente de nuestro país".
Calderón devolvió el gesto y reconoció la "valiosa e insustituible colaboración" del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la aplicación de la prueba ENLACE, pero también se comprometió a que al lado del gremio se hará una "profunda" reforma educativa.
Esto porque "queremos lo mismo y amamos igualmente a nuestro país; juntos haremos la transformación educativa que México necesita para el siglo XXI".
Así, ratificó su voluntad política de escuchar siempre a los maestros, de trabajar juntos en la atención de los problemas nacionales, de estar atento a sus sugerencias y de hacer propios los desafíos educativos.
Festejo adentro, protestas afuera
El festejo de los maestros tuvo que adelantarse 15 minutos a causa de que una marcha de la disidencia, agrupada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), llegaría a la residencia oficial de Los Pinos para protestar contra la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y exigir salarios dignos.
En el presídium se encontraban también el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, y la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota. La funcionaria reconoció la "solidaridad" del sindicato e incluso expresó que sería injusto señalar a los profesores como únicos responsables de las debilidades y retos de la agenda educativa.
Ante los maestros galardonados por 40 años o más de servicio y por su desempeño en la carrera magisterial, reiteró que es el momento de apostar por la calidad y por la unidad en la agenda educativa.
Gordillo, vestida con un traje rojo encendido, tuvo una intervención cargada de "simbolismo y emociones" -como ella misma la definió-, sin olvidar el mensaje político de su discurso. Así, consideró que el pasado del país debe verse como experiencia histórica y no como una frustración ideológica.
"Querer o pretender que México siga debatiendo problemas que ya le costaron sangre y ruptura por más de un siglo es no sólo peligroso, sino irresponsable. Refugiarse en dogmas ya superados nos condenaría a perpetuar las injusticias que son ya inaceptables", afirmó.
No perdió oportunidad para advertir que todos los gobiernos de México han decidido su lugar de acuerdo con la importancia que reconocieron a la educación. En el cumplimiento de esta tarea, expresó, los maestros están "decididos a todo".
En otro momento intentó destacar la figura del maestro como testigo de los cambios del país. Para ello evocó los tiempos en que "echarle agua a los frijoles era la fórmula de la solidaridad" hasta llegar a la necesidad de "reinventarse para preservar el equilibrio emocional" o de seguir la comunicación en una "sociedad cada vez más autista".
Los cinco ejes de la reforma educativa
El mandatario evocó vivencias infantiles en su natal Michoacán y la tradición magisterial que hay en su familia. Recordó a su padre, Luis Calderón Vega, y a las "tías Calderón", que daban clases en escuelas del estado.
Luego expuso los cinco grandes frentes de su propuesta de reforma educativa: lugares dignos para dar clases y aprender; asegurar el acceso a tecnologías educativas de vanguardia; poner a la educación en sintonía con el aparato productivo, evaluar la enseñanza y elevar la calidad, así como inculcar valores en los alumnos para "fortalecer su alma".
Se congratuló del acuerdo de incremento salarial, porque según el Presidente, significa una mejora en las condiciones de vida y trabajo del magisterio. Desmenuzó las cantidades que se destinarán a cada programa y ofreció que seguirá apoyando a los maestros. Al respecto, enfatizó que promoverá la incorporación de un mayor número al sistema de carrera magisterial.
Eréndira López, una maestra michoacana -por cierto, oriunda del estado del cual son muchos de los premiados-, hizo eco a la posición de Gordillo y de igual forma mostró su reconocimiento al gobierno federal. Pero también manifestó el apoyo de los maestros a la presidenta del SNTE, "que siempre vela por los intereses de su gremio".
Mientras los disidentes aún se encontraban lejos de su objetivo y la residencia oficial estaba resguardada por granaderos y elementos del Estado Mayor Presidencial, el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, descalificó a los manifestantes, al señalar que están "desinformados" sobre las bondades de la Ley del ISSSTE.
El dirigente, quien sólo habló en una breve entrevista al término de la ceremonia, marcó la diferencia entre el SNTE y la disidencia: "Ellos reivindican la calle, el destrozo, la toma de instalaciones, y nosotros seguimos reivindicando la mesa de acuerdos, de negociación, que lo venimos haciendo sin claudicar de nuestra parte, aunque llegado el momento se haría uso de recursos de presión, pero sin lesionar el servicio educativo".
Ya cuando había concluido el acto, estallaron las porras: ¡Felipe, Felipe, ra, ra, ra!, ¡Elba, Elba!, y dedicaron otra a Vázquez Mota. Tomada del brazo del Presidente, Gordillo Morales abandonó el salón Adolfo López Mateos y juntos se alejaron para seguir sus conversaciones en privado.