Sentencian en Brasil al asesino intelectual de una monja
Ampliar la imagen David Stang, hermano de la monja estadunidense asesinada en Brasil, celebra la sentencia al autor intelectual del crimen Foto: Ap
Belem, Brasil, 15 de mayo. Un hacendado brasileño fue sentenciado este martes a 30 años de cárcel por haber ordenado el asesinato de la monja y activista de los derechos humanos estadunidense Dorothy Stang, cometido en el contexto de una disputa de tierras en la selva amazónica.
Vitalmiro Bastos Moura había negado la contratación del hombre que asesinó a balazos en febrero de 2005 a la religiosa Stang, de 74 años, en un remoto camino de la Amazonia.
Luego de dos días de juicio en la norteña ciudad de Belem, capital del estado de Pará, el jurado emitió su veredicto en una corte rodeada de agricultores y activistas que celebraron jubilosos.
El asesinato de Stang, que vivió por más de 20 años en la población de Anapu, en Pará, atrajo la atención internacional a los problemas de violencia en la Amazonia.
La religiosa, que fue abatida por seis disparos en un enlodado camino, ayudaba a los campesinos pobres amenazados por taladores y terratenientes, y luchaba contra la destrucción de la selva.
El autor de los disparos, Rayfran das Neves, su cómplice y un intermediario ya habían sido sentenciados a 27, 17 y 18 años de cárcel, respectivamente.
Das Neves había implicado a Moura en anteriores declaraciones, pero el lunes apareció como testigo de la defensa y dijo que no había recibido órdenes suyas. La defensa dijo que apelará de la sentencia.
Otro hacendado, Regivaldo Pereira Galvao, también fue acusado de ordenar el asesinato de Stang y aguarda ser juzgado.
La falta de presencia policial y el caótico sistema judicial de la región han dificultado que se imponga la ley en la enorme región amazónica del país.
La creciente demanda mundial de materias primas, como carne y soja, han aumentado la demanda de tierras en la región selvática en años recientes.
Taladores ilegales, hacendados y mineros usan con frecuencia falsos títulos y tácticas de violencia para apoderarse de extensiones de tierra.
Al menos 800 trabajadores rurales han sido asesinados en Pará en las últimas tres décadas, pero sólo cuatro terratenientes han sido condenados, según la Comisión Pastoral de la Tierra.