Helen Bichkam muestra su serie Cacería en el norte sobre las asesinadas de Juárez
Deplora artista vejaciones contra mujeres
El ser humano y su cuerpo son una constante en la obra pictórica y dibujística de Helen Bichkam (Harbin, Manchuria, 1935). La artista, quien se dice idealista, atribuye ese interés al potencial inherente a la persona para crear un mundo mejor.
A Bickham, sin embargo, se le llenan los ojos de lágrimas y se le hace un nudo en la garganta cuando habla de su serie Cacería en el norte, incluida en la exposición Al filo de la memoria, de óleos y dibujos, que exhibe en la galería Hecaro, en Antonio Caso 19, primer piso, colonia Tabacalera.
''Encuentro difícil creer que las autoridades no puedan averiguar quién está asesinando a todas esas mujeres. A pesar del progreso logrado, los asesinatos son simbólicos de la posición que se da a las mujeres, es decir, que se les puede matar. Son jóvenes, pobres y sin influencias. Pero mi obra no sólo tiene que ver con Ciudad Juárez. En los campos de refugiados alrededor del mundo ellas reciben muy mal trato. Las violan si las encuentran solas. Existe la idea de que la mujer es susceptible de ser violada o maltratada por el solo hecho de no gozar de la protección de los hombres."
El desierto ya ha sido escenario de los cuadros de Bickham. Hace tiempo hizo las series Aquellos que caminan y sueñan en el desierto y Campo abierto. No obstante, lamenta que lo árido ahora se relaciona con un cementerio. ''Da la impresión que alguien está a la caza de esas mujeres -anota-. Son utilizadas para practicar tiro al blanco, no cuenta y nada pasa al respecto".
Para la entrevistada, la serie también tiene sus orígenes en su amor por el cuerpo humano y por la naturaleza, aunque ahora se hayan unido en algo devastador. Los constantes traslados sufridos de niña hicieron que Bickham se sintiera como ''visitante". También ha profesado una gran curiosidad hacia los demás: "Siempre tuve que saber en dónde estaba". Desde joven sintió una inclinación natural por ''el de abajo".
Tanta emotividad, por ejemplo, irrumpe a la manera de un volcán en el tríptico Las emociones de cada día, cuyos personajes son arrojados en permanente movimiento.