Usted está aquí: domingo 20 de mayo de 2007 Política Indocumentados no se fían de la reforma migratoria en EU

Indocumentados no se fían de la reforma migratoria en EU

AFP

Los Angeles, 19 de mayo. En El Mercado, un auténtico rincón de México en el este de Los Angeles, más de 80 por ciento de trabajadores y consumidores son indocumentados como Francisco, un carnicero separado de su familia desde hace cuatro años para quien el proyecto de reforma migratoria "no soluciona nada".

"No sé todo lo que dice el proyecto, pero sí estoy seguro de que ni loco regreso a mi país a pedir visa para volver a Estados Unidos. No me la van a dar", afirma este joven de 27 años que en 2003 cruzó caminando por Arizona pagando 3 mil dólares a un coyote (traficante de indocumentados) y dejando a su esposa y dos hijos en su natal de Tabasco.

Mientras limpia de sangre los cuchillos, Francisco Giménez confiesa que muchas veces ha querido regresar, "pero aquí es donde hago dinero y puedo enviar 400 dólares al mes a mi familia".

En los alrededores de El Mercado hay decenas de fábricas textiles, "ahí es donde quizás van a venir las redadas, no aquí, en los negocios pequeños", advierte el patrón de Francisco, José Luis Rojas.

Rojas es otro mexicano de 46 años que llegó como campesino en los años 80 y en 1986 se benefició de lo que muchos conocen como "la amnistía de Reagan", el extinto presidente republicano que concedió permisos de residencia a los indocumentados de entonces, cuando eran menos de la mitad de los 12 millones que hoy viven en Estados Unidos.

"Ya ahora soy ciudadano, por eso es que le digo a él y a mi otro trabajador (también sin papeles) que tengan paciencia", indica Rojas agregando que requisitos como aprender inglés y estudiar para obtener un permiso de residencia permanente "es bueno para que nos superemos".
En eso coincide la mayoría de las personas consultadas, aunque consideran "muy cara" la multa de 5 mil dólares que establece una de las iniciativas de la reforma migratoria.

"Si me aseguran que me dan permiso laboral o residencia yo lo pagaría, pero sin salir del país. Al final es lo mismo que cobra ahora el coyote por pasarte", comentó Sigfrido Villalta, salvadoreño mientras comía un tamal.

"Yo gano mil dólares al mes lavando automóviles, tengo 12 años ilegal, quiero ir de visita a mi país y no puedo, ¡claro que quiero optar por una visa de residencia!, pero ojalá que nos den facilidades para pagarla y no multen o castiguen a nuestros jefes", ruega Villalta.

Este limpiador de autos dice que leyó en la prensa sobre el sistema de permisos de residencia permanentes que cambiará a un sistema de puntos basado en méritos: "me tocará estudiar inglés", exclama.
En el caso de los inmigrantes ilegales que están en Estados Unidos desde antes del 1° de enero de 2007, el proyecto crea una visa denominada "Z" pero deben demostrar que tienen empleo y pagar una multa de 5 mil dólares. De ahí, podrían aspirar a una residencia en el futuro, pero aún no está claro si también para ello deben salir de Estados Unidos.

En El Mercado, en los autolavados, a la salida de las fábricas y restaurantes, a todos los une un mismo miedo y determinación: "Si regresamos para regularizarnos nos dejan (fuera del país), esa no es una opción".

 
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