¡Esto no lo había visto nunca!, soltó Murillo Karam por la "elección de Estado" que se cocina
Indigna a priístas la cargada panista para no perder el poder en Yucatán
Más de 60 legisladores del tricolor, contra los maPANches
Ya saben que perdieron: Creel
Mérida, Yuc., 19 de mayo. "¡Esto no lo había visto nunca!", soltó el senador Jesús Murillo Karam, al frente de un equipo de más de 60 legisladores priístas listos para la batalla contra los maPANches.
El cuarto de guerra tricolor está en la capital yucateca, pero los líderes provenientes de todo el país, diputados o senadores, han sido distribuidos en los 15 distritos del estado.
Es el todo por el todo: perder o recuperar el poder en Yucatán. Es también la última fase de lo que el PRI denomina Operación del Día D.
El mundo al revés: José Murat, ex gobernador de Oaxaca; Emilio Gamboa, coordinador de diputados federales del PRI; el ex senador Samuel Aguilar y el propio Murillo, ex mandatario en Hidalgo, entre otros, que en el pasado orquestaron piezas clásicas del priísmo para afianzar gubernaturas, ahora saltan alarmados por todo el Mayab.
Van de un lado a otro; del palacio de gobierno, ocupado desde hace 17 años por el PAN, a La Casa del Pueblo, viejo inmueble, otrora símbolo del poderío priísta.
Los legisladores del PRI, los federales, van y vienen, son los coroneles de su compañera Ivonne Ortega, la abanderada tricolor.
Avanzan y con disciplina se distribuyen tareas, los municipios a cuidar, con base en una lista que incluye nombres y fotos, cuidando que los más entrones vayan adonde se requiera. Tal vez por eso le dejaron a Murat el competido ayuntamiento de Ticul.
Y, con las deferencias que les caracterizan entre los suyos, decidieron que casi todas las mujeres legisladoras se quedaran en Mérida. Los del PRI se han dado cuenta de que los panistas aprendieron y superaron rápido las mapacherías tricolores.
Por eso, Gamboa, Murillo, Murat y compañía mandan a los suyos ya no a la ofensiva -como en antaño- sino a la defensiva. Desde la noche de este sábado estarán operando, con su manual bajo el brazo: defensoría jurídica, movilización y recopilación de pruebas documentales. Pero no pierden el estilo ni el lenguaje con tecnicismos; ante el posible agarrón de este domingo recomiendan: "inhibir la participación de operadores opositores y generar estrategias con la policía municipal para la reacción inmediata".
El mismo Murillo manoteó frente a Pedro Rivas, secretario de Gobierno de Patricio Patrón, para quejarse de que lo que se cocina esta noche en Yucatán es una simple y grave "elección de Estado".
Así, el equipo de legisladores priístas llegó a Mérida en bloque o, mejor dicho, en bola, porque saben que sólo así, entre muchos, como en los pleitos de barrio, podrían combatir a la cargada panista.
Tras un diálogo truncado con el segundo de abordo de Patricio Patrón, se quejaron luego -ante los reporteros- de que el gobierno estatal tiene metidas las manos en el proceso y hasta hablan de "presos políticos", en referencia a las presuntas detenciones arbitrarias ocurridas en horas recientes.
En la desmemoria del tricolor se perdió su experiencia en la operación tamal, las urnas embarazadas y el ratón loco; las prácticas fraudulentas y violentas en la época de Víctor Cervera Pacheco y muy atrás el nombre de Benito Oy Kumul, el prócer de los panistas asesinado por una turba priísta en Chemax, en 1986.
En la acera del enfrente, el senador panista Hugo Laviada Molina -primo del gobernador Patrón y suplente del secretario de Desarrollo Social, Beatriz Zavala Peniche- dice acerca de la presencia de los legisladores priístas que "estas personas no son precisamente el pesebre de la democracia en México".
Pero cuando se les pregunta a los diputados y senadores priístas de las versiones que hablan del triunfo de su candidata a través de la negociación con Felipe Calderón, en la lógica de ceder Yucatán a cambio de la aprobación de las reformas estructurales, los priístas responden, como en un discurso perfectamente aprendido: "el presidente Calderón nos ofreció respetar los resultados".
En la ciudad de México, la dirigencia nacional panista se mostró confiada en ganar los comicios y calificó de "patadas de ahogado" los señalamientos que ha hecho el PRI en torno a que se puso en marcha un operativo de Estado para favorecer al candidato del blanquiazul a la gubernatura, Xavier Abreu Sierra.
Santiago Creel, coordinador de los senadores del PAN, puntualizó que los priístas "ya saben que perdieron y quieren empezar a justificar su derrota; quieren encontrar razones que no están ahí. Están en todo caso en su partido, en su candidato y en su organización y no en algo que ellos quieren simular que existe, pero que es sólo eso: una simulación".
José Espina, secretario general panista, refirió que no sólo ganarán la gubernatura, sino también un buen número de alcaldías y diputaciones locales.
Con información de Georgina Saldierna