¿La Fiesta en Paz PAZ?
Ramón Reveles, homenajeado en Valencia
Seis décadas dedicado a la pintura
Realiza un mural de 500 metros
Ampliar la imagen Los percances en el toreo pueden parecer instantes interminables. La escena, durante la Feria de San Isidro Foto: Reuters
EN EL CASO del maestro Ramón Reveles el tango se quedó chico y veinte años no han sido nada junto a una fecunda trayectoria artística de más de seis décadas. Nacido un 12 de diciembre de 1922 en Torreón, Coahuila, al igual que sus famosos paisanos pintores, Xavier Guerrero, Juan Bueno y Pancho Flores, sus obras, de los más variados temas, no sólo el taurino, se encuentran en edificios, plazas, museos y colecciones particulares de México y otros países de América y Europa.
PRECISAMENTE EN VALENCIA, España, tierra de grandes artistas del pincel como Pinazo, Benlliure, Sorolla, Renau y Tarazona, entre otros, el mexicano Ramón Reveles fue objeto de insólito homenaje por parte de la diputación de aquella localidad a instancias del matador en retiro Víctor Ruiz El Soro, verdadero ídolo de la afición valenciana.
MIENTRAS EN UNA cena le era entregada una medalla de plata como reconocimiento a su trayectoria e inauguraba una exposición con 22 de sus obras, 18 de las cuales fueron vendidas; en tanto que era entrevistado en programas de televisión o presenciaba como invitado de honor todas las corridas de las Fallas y constataba en los museos de la ciudad la riquísima tradición pictórica de los valencianos, Ramón Reveles pasaba revista a los increíbles, casi novelescos pasajes de su rica existencia.
RECORDABA, POR EJEMPLO, que salvo unas cuantas lecciones de pintura en la Universidad de San Diego, California, al tiempo que trabajaba en el hipódromo Agua Caliente, de Tijuana, su formación había sido prácticamente autodidacta. Evocaba asimismo cómo Samuel Alonso, primo de Alfonso Ramírez El Calesero, le inoculó el veneno por la tauromaquia para así dar inicio a su personal calvario como "torerillo sin cuadrilla", echando capa en pueblos de Durango, Zacatecas y Coahuila, hasta vestirse por primera vez de luces en la plaza Antonio Bienvenida, de Matamoros, en el año de 1945.
Y TRAIA A la memoria las enseñanzas de los novilleros Enrique Wong y Leonardo Campos, padre del picador Delfino y del banderillero Leonardo, o las vueltas que da la vida cuando el doctor Alfonso Gaona lo contrató para pintar el mural de la Plaza México y la observación de que siendo Reveles novillero el voluntarioso empresario nunca lo quiso recibir pero se cubría al decirle: "Ramón, no se apure, usted estará vigente más tiempo como pintor que como torero".
Y SUS OBRAS en la plaza Las Playas, de Tijuana, o en numerosos templos, o los cuadros de campeones mexicanos de boxeo por encargo del promotor George Parnasus, o el mural de 40 metros que le ordenó el empresario gallero don Erasmo Morales con todos los compositores e intérpretes de la canción mexicana, o los más de tres mil retratos que ha pintado, o el mural de 500 metros cuadrados en el que trabaja actualmente para la iglesia de San José, en Torreón.
DEFINITIVAMENTE HAY ESPIRITUS, como Ramón Reveles, que a los 85 años de decirle sí a la vida aún tienen demasiados proyectos por realizar.