El escritor lanza la redición de su libro La realidad envenenada

En México hacen falta más autores de cuentos de terror: Lorenzo León Diez

ARTURO JIMENEZ

Pese a que el horror no desaparecerá de la literatura por tratarse de un género clásico y porque el miedo siempre será muy atractivo para el ser humano, en México no hay muchos autores de cuentos de terror, pues se requiere de una verdadera vocación y conocimiento.

El planteamiento es del escritor Lorenzo León Diez, para quien el reto fundamental de los creadores contemporáneos en ese género es dónde encontrar la nueva veta del horror.

León Diez, como un experimento que reta al tiempo desde la literatura, acaba de lanzar como redición su libro de cuentos La realidad envenenada o de la arquitectura del horror (Editorial Almadía).

''Lo que intento con la publicación de este libro es relanzar nuevamente mi obra, reditar los títulos que ya no se encuentran, como la novela Miedo genital (Joaquín Mortiz, 1991), que creo va a gustar mucho a los jóvenes de hoy."

Al libro La realidad envenenada o de la arquitectura del horror lo integran de hecho dos volúmenes anteriores: Los hijos de las cosas (Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 1985, publicado por Joaquín Mortiz en 1986) y La realidad envenenada (también publicado en 1986 por la colección Letras Nuevas, de la editorial del Crea).

''Lo interesante aquí es la experiencia de un escritor con estos libros viejos. Retomar ese trabajo bajo una nueva experiencia, bajo mi nueva visión, tanto la mía como la de los editores de Almadía."

La prueba del tiempo

Recuerda que La realidad envenenada reúne sobre todo cuentos de terror o fantásticos. Mientras, Los hijos de las cosas tiene una vertiente mucho más urbana y realista, aunque también con ''muchísimo matiz fantástico".

Para Lorenzo León será interesante saber si esos textos literarios aguantaron la prueba del tiempo, si son importantes y tienen cierta trascendencia.

Por lo pronto, él considera que ''son obras que mantienen su frescura y que fueron escritos con pasión y desenfado, pero al mismo tiempo con rigor, porque el cuento es un género muy clásico, con una identidad muy nítida".

Sucede que León, como Cortázar, observa al cuento ''como una esfera, como algo cerrado totalmente. Y si un texto no tiene esa contundencia de esfericidad, resultará fallido".

-¿Cuál es la actualidad del género de horror? ¿Se le puede seguir sacando jugo?

-El género de horror o de terror es clásico, siempre va a estar en la literatura, y por supuesto, en el cine, la televisión. Sin embargo, no hay muchos autores de cuentos de terror. Se requiere una vocación, un conocimiento del género, de los autores clásicos.

León Diez buscará reditar, también en Almadía, su novela Miedo genital (1991), en la que están desarrolladas ''a plenitud" algunas de las ideas fantasmales u horroríficas planteadas en ciertos cuentos de La realidad envenenada, como Las madres. Son, agrega, historias de horror relacionadas con la decadencia, sobre todo con lo venéreo.

''Estoy sólo actualizando ideas antiguas, fundamentalmente de Lovecraft, en el cual el horror viene de lo exterior, de los planetas, o de lo interior, de las grutas, los subterráneos. Lo estoy actualizando en muchos aspectos, como el horror de lo fisiológico, la enfermedad, la corrupción a partir de la decadencia ecológica o de la contaminación industrial."

-El horror no es lo ajeno a lo humano, sino lo humano, o que está en lo humano.

-Efectivamente, por eso son tan trascendentes autores como Edgar Allan Poe, que aparentemente podrían ser historias lejos de la cotidianidad, pero no. Son, digamos, las pulsiones oníricas. El miedo, pues siempre va a ser muy atractivo.

''Por eso este libro se llama La realidad envenenada, cuyo cuento que le da nombre es precisamente el momento de fuga de un aspecto cotidiano que se convierte en improbable."

En la mina del horror

-¿Tu interés por la literatura de horror y fantástica es porque te sirve para espejear a la propia realidad?

-Mi interés por este género viene en primer lugar por mis lecturas juveniles de sus autores clásicos. Pero el asunto ahora es dónde vamos a encontrar la veta. Así como en la literatura de horror gótico se encontraba el horror en la resurrección de los muertos, o en los muertos que reviven, el vampirismo y todo eso, pues ahora, en nuestro tiempo, dónde está el horror. Ese es el reto actual del cuento de horror o de terror.

''Y el concepto realidad en el género fantástico es un concepto que el escritor va a desvanecer, es el reto de destruirlo."

-¿Cuál es tu atracción principal hacia el cuento, sobre todo hacia el cuento corto, como son los de La realidad envenenada o de la arquitectura del horror?

-Un cuento es fundamentalmente una historia. Cuando releo las críticas a ambos libros en aquella época, la mayoría coincide en que son cuentos despreocupados por la floritura o el efecto del lenguaje, que están fundados en la gana de contar una historia, y que esa historia tiene la fuerza suficiente para poder significar.

''Un crítico ha dicho que el cuento es un género que debe trascender sus limitaciones materiales. Es decir, que cuando terminemos de leerlo, el cuento siga en nuestra cabeza, rondando posibilidades. Y efectivamente, ese es el arte del cuento, la manera en que enunciamos una historia, y que la historia, en definitiva, nunca va a caber en un espacio tan pequeño. Eso es lo poético."

Para León Diez, el cuento también es un género con muchísimas posibilidades simbólicas, en el que los personajes tienen que estar trazados con las mínimas líneas y en el que el tiempo del relato debe de ser a gran velocidad.

''Es como las grabaciones que se hacen a altísima velocidad para que podamos verlas lentamente.

''Mi experiencia con la técnica del cuento es narrar a gran velocidad para que el lector pueda ver, en a cámara lenta, tres o cuatro momentos de una circunstancia."