El 90 por ciento de los trabajadores son mujeres que sobrepasan los 35 años

En marcha, cuatro cooperativas de costura que emplearán a 710 personas

Elaborarán cerca de 400 mil atuendos escolares que se otorgarán a alumnos

ROCIO GONZALEZ, LAURA GOMEZ

Agruparse y crear una cooperativa no fue nada fácil para Magdalena López, ama de casa que sin tener más allá que una máquina de coser, desde hace tres años inició con altibajos su propia empresa de carácter social dedicada a la elaboración en pequeña escala de sábanas, colchas y edredones.

"Hubo días en que me daban ganas de llorar, tirar todo por la borda y quedarme en santa paz. Eramos un grupo pequeño, pero todos querían tomar las decisiones y asumir el liderazgo, dependíamos de una señora que sabía utilizar la máquina para bordar, a la mera hora se nos echó para atrás", dice al recordar aquellos momentos en los que estuvo a punto de declinar.

Pero ahora, todo quedó atrás. "El esfuerzo ha valido la pena, todo es mejor que ser empleado, si bien te va, de alguien que por años te explota sin recibir nada más allá de un mísero salario", agrega durante la exposición que realizó de su trabajo en la constitución de cuatro cooperativas del ramo textil que elaborarán para el Gobierno del Distrito Federal cerca de 400 mil uniformes escolares.

De hecho, la prosperidad de su negocio -ya cuenta con sus máquinas profesionales- y el trabajo que implica le impidió participar en el proyecto del gobierno capitalino, no así a María Pilar Tenorio, cuyo grupo que conformó de no más de cinco costureras, denominado Mujeres en Movimiento, todas ellas adultas mayores, se integró a este plan gubernamental mediante la cooperativa BJ Izcovec.

"Nos dedicamos a hacer ropa de manta, pero lo más difícil es la comercialización, aunque nuestra producción no es mucha. El mayor beneficio ahora es que con el gobierno vamos a tener un comprador fijo", expresó.

Ella es una de las 710 personas que desde ayer integran las primeras cuatro cooperativas concentradoras de costura, encargadas de la elaboración de los atuendos escolares que, a partir de agosto, la administración capitalina distribuirá de manera gratuita a estudiantes de primaria y secundaria.

Durante la firma de los convenios respectivos, el secretario del Trabajo y Fomento al Empleo, Benito Mirón Lince, informó que se reasignarán tres predios ubicados en Azcapotzalco, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, en manos de la Alianza de Tranviarios de México (ATM) y el Grupo Metropolitano de Transporte (GMT) para destinarlos a estas cooperativas.

El 70 por ciento de los beneficiados con la constitución de las cuatro cooperativas (Grupo BJ Izcovec; Unidad Cooperativa de Costura, Realidad y Progreso; Creaciones del Sureste y Uniformes Nuevo Impulso) son mayores de 35 años de edad -90 por ciento son mujeres-, quienes fueron expulsados del mercado laboral sin importar su experiencia y enviados a las filas del desempleo.

"Ciudad del trabajo digno"

Su confianza en este programa no sólo les ha permitido capacitarse, sino contar con la posibilidad de una remuneración promedio de dos salarios mínimos diarios y realizar la labor en su casa o alguno de los 180 talleres inscritos en la primera fase, con lo cual "nos convertiremos en la ciudad del trabajo digno y lograremos abatir el índice de desempleo, que pasó de 3.58 a 4 por ciento", afirmó el funcionario.

Dijo que se está en condiciones de destinar 7 millones de pesos en cada una de las cooperativas para la compra de maquinaria, dos de las cuales se especializarán en costura, que darán trabajo a 600 personas, y "quedarnos, por lo menos, en esta primera etapa, con la mitad del mercado a surtir, es decir, un millón 200 mil uniformes", y definir el giro de la última, que podría ser papelería o insumos eléctricos, entre otros.

Ante los nuevos cooperativistas reunidos en el Gran Fórum mencionó que se cuenta con presupuesto de 90 millones de pesos, para capacitar a los interesados y crear un mercado intercooperativo, con el apoyo de organismos descentralizados, como la ATM, o empresas privadas, como GMT, donde se eche a andar también programas pilotos de educación y la administración capitalina se convierta en la principal compradora de los productos elaborados sin "meter las manos".