Venció 3-2 (4-3 global) a Dorados en el estadio Cuauhtémoc

Puebla regresa a primera división

ROSALIA A. VILLANUEVA

Puebla, Pue, 26 de mayo. El sueño del Puebla se cumplió y tras dos años de espera regresó a la primera división del balompié nacional al vencer 3-2 (4-3 global) a Dorados de Culiacán, en el partido de vuelta de la final de ascenso jugado en el pletórico estadio Cuauhtémoc, donde más de 45 mil aficionados estallaron en júbilo acompañados de fuegos artificiales, y aunque hubo sobrecupo eso no importó para las personas que presenciaron de pie el encuentro.

El campeón goleador, el uruguayo Alvaro Bola González, fue la figura de La Franja al contribuir con dos dianas, cifra que aumentó con la aportación de Hugo Ruiz, mientras Mario Padilla y el brasileño Lucas da Silva hicieron los honores por los sinaloenses, en el partido en que el silbante Armando Archundia tuvo una actuación decorosa.

La impresionante manta "Vamos a ser campeones. Somos mucho más que once", colocada en lo más alto del descuidado inmueble, anticipaba lo que poco después haría explotar de felicidad a familias enteras que arribaron desde temprana hora para apoyar a su equipo, así como también lo hizo el gobernador poblano Mario Marín, pero en helicóptero, quizá para evitar las largas filas de automóviles atorados por los trabajos para cubrir los baches cercanos a la autopista y laterales.

Bola González, la figura

Con el sol a plomo y alta humedad por la lluvia que cayó toda la madrugada, los anfitriones salieron con todo y al minuto ocho se fueron adelante con la anotación del Bola, quien aniquiló a Tomás Adriano.

Al 28, Hugo Ruiz, en la entrada del área, cruzó su disparo a la derecha tras recibir un pase largo de Joaquín Velarde, ante la somnolencia de la zaga dorada que parecía haber perdido brillo.

Sin embargo, Padilla acercó a los Dorados al minuto 34, pero Bola González volvió a hacerse presente para el 3-1 y dar más tranquilidad al local.

A esas alturas poco importaba que el sonido fallara o que un grupo de trabajadores hiciera intentos por apagar el fuego que provocó un cohetón en las tiras de papel y mantas de publicidad estática cercana al arco de Jorge Villalpando.

Puebla, excedido de confianza, permitió que sus rivales lo cercaran y ese error le salió caro con la anotación de Da Silva (3-2), al 86, para dar un toque de dramatismo al partido, que puso a los aficionados a orar para que Archundia diera el pitazo final.

La emoción se desbordó en el estadio mundialista. Los jugadores lloraban, se abrazaban, saltaban, y hacían loas para su afición. Tras recibir el trofeo se dirigieron a dar la vuelta olímpica y fue entonces cuando apareció un emocionado Emilio Maurer, con el cabello pintado de azul y blanco, y la afición se le entregó.

"Yo siempre cumplo mi palabra: Puebla regresó a la primera división. Es un día especial, esperado, anhelado y querido. Se nos complicó con el último gol que nos metieron, sufrí, pero ya pasó", dijo el poblano que negó ser directivo en La Franja. "Eso lo llevo en la sangre y a partir del lunes vamos a trabajar más", aunque hay algunos medios que "me atacan mucho y cuando pueden me dan en la madre", añadió sonriente ante la complacencia de Francisco Ibarra.

Y como todos comenzarán a trabajar más ahora que estarán en el máximo circuito, el góber precioso no quiso quedarse atrás y anunció que "el lunes comenzará la remodelación del estadio", que buscará inversionistas, porque la afición poblana "ya merecía tener un equipo en primera división".

El dueño del Puebla, Francisco Bernat, agradeció la entrega de los jugadores y dijo que buscará más socios.