"Nunca venderemos nuestras tierras; sólo buscan dinero", responden vecinos
Creciente interés de especuladores por adquirir terrenos aledaños a vestigios
El INAH confía en adquirir los predios donde están asentadas las zonas arqueólogicas
Ampliar la imagen Espectáculo de luz y sonido que se ofrece en la zona arqueológica de Chichén Itzá Foto: Mónica Mateos
Piste, Yuc., 27 de mayo. Mientras el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aguarda a tener los recursos necesarios para comprar los terrenos donde se ubican las zonas arqueológicas más importantes del país, empresarios hoteleros se dedican, día a día, a la adquisición de tierras aledañas a dichos sitios, incluso algunos considerados Patrimonio de la Humanidad, como Chichén Itzá, explican vecinos del pueblo de Pisté, en Yucatán.
Entre los campesinos de la zona no es un secreto que esto ocurre desde hace varios años. A raíz de la visita que hizo a la zona el subcomandante Marcos con la otra campaña, en enero de 2006, algunas personas denunciaron a medios de comunicación del estado lo que ocurría, pero pocos fueron escuchados (una parte de las denuncias se encuentran en la página de Internet, www.chichenenlucha.org).
Sólo unos cuantos periódicos recogieron vagamente el asunto. Por ejemplo, que mil 500 hectáreas de tierra de los predios conocidos como San Felipe Viejo y X'tojil (donde se ubica un cenote), que colindan con la zona arqueológica de Chichén Itzá, fueron comprados a 50 y 10 centavos por metro cuadrado, respectivamente.
Un sujeto prometió a los campesinos que, a cambio de la venta, los apoyaría con sistemas de riego y la pavimentación del acceso de cinco kilómetros que conecta esa apartada zona con la carretera a Xcalacop. Pero esa persona nunca cumplió. Algunos la identificaron como prestanombres de un hermano del gobernador Patricio Patrón Laviada; también se mencionó a colaboradores del ex banquero Roberto Hernández.
Denuncias soslayadas
Chichén Itzá colinda también con los ejidos de Pisté, Xcalacop (2 mil hectáreas), Nicte Ha, X'Katún y Ticimul, los cuales siguen en manos de campesinos, pero se sabe que en Nicte Ha, que cuenta con 940 hectáreas y tiene un padrón de 31 ejidatarios, se han recibido ofertas de diversos compradores privados.
Según publicó en abril el Diario de Yucatán, a la comunidad de Pisté no le ha beneficiado mucho estar ubicada a dos kilómetros de la pirámide que concursa actualmente por ser catalogada comercialmente a escala mundial como "nueva maravilla del mundo moderno".
Pisté es la comisaría con mayor población de Tinum y sus ejidos son los más grandes de la zona, con una extensión superior a 8 mil hectáreas, pero "gran parte de los vecinos vive con rezagos de servicios públicos, como agua potable, pavimentación y alumbrado público".
De acuerdo con información recabada por el periódico yucateco, el más reciente censo del INEGI (2000) refiere que en Tinum viven alrededor de 9 mil personas, de las cuales 4 mil 399 habitan en Pisté. En la cabecera hay mil 949 vecinos. El resto de la población vive en las comisarías de San Francisco, Tohopkú, San Felipe el Grande y Xcalacop.
Treinta por ciento de habitantes de Pisté vive en extrema pobreza y con servicios públicos son insuficientes. El 70 por ciento restante es de estrato social medio bajo y bajo, pues sus integrantes se dedican a la elaboración y venta de artesanías. Algunos cuentan con pequeños talleres, que dan trabajo a muchos vecinos, cuyos propietarios venden sus productos en la zona arqueológica.
Enojo de vecinos
La situación es contrastante: de los millones de pesos que recauda al mes la zona arqueológica de Chichén Itzá por concepto de entradas, el municipio de Tinum ("lugar de la espina", en maya) no percibe nada.
No obstante, algunos habitantes entrevistados por La Jornada aseguraron que no están interesados en deshacerse de sus tierras: "no las venderemos, ni al INAH ni a los hoteleros. A los primeros porque nos ponen muchas trabas para echar a andar proyectos comerciales, sólo les dan permiso a los hoteleros ricos, y a los otros porque no les importa nuestro patrimonio, sólo hacer dinero con el turismo extranjero", dijo el joven Manuel Tum, quien en sus ratos libres se emplea como guía en la zona arqueológica y quien se considera auténtico heredero de los mayas que edificaron los espléndidos edificios prehispánicos.