Prácticamente imposible un pacto entre PP y PSOE
Navarra, centro de batalla política luego de los comicios municipales
Madrid, 29 de mayo. El futuro gobierno de la Comunidad foral de Navarra se ha convertido en el centro de la batalla política tras los comicios municipales y autonómicos del pasado domingo, en los que por primera vez en más de 20 años el derechista Unión del Pueblo Navarro (UPN, filial del Partido Popular) perdió la mayoría absoluta. Sin embargo, la formación del nuevo Ejecutivo se ha convertido en una encrucijada para el resto de las formaciones, sobre todo para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el que tiene finalmente la llave del gobierno.
Los 50 escaños del Parlamento navarro quedaron distribuidos de la siguiente manera: 22 para UPN, 12 para los nacionalistas moderados de Nafarroa Bai (NA), 12 para el Partido Socialista de Navarra (PSN), 2 para Izquierda Unida (IU) y dos más para Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN). Es decir, que la anterior coalición -UPN y CDN- no tiene los 26 escaños necesarios para formar gobierno, con lo que el presidente en funciones, Miguel Sanz, ofreció un pacto de gobierno a los socialistas para que apoyen su investidura a cambio de la vicepresidencia y varias consejerías.
Sin embargo, un hipotético pacto entre el PP y PSOE es, a día de hoy, prácticamente imposible, por lo que se abren dos escenarios posibles: que se forme un gobierno con mayoría relativa encabezado por UPN, con apoyos puntuales de otras formaciones; y el segundo, que cobra mayor fuerza, la de un pacto tripartito entre NA, PSN e IU.
El cabeza de lista de NA es Patxi Zabaleta, fundador del partido abertzale Aralar y antiguo miembro de la mesa nacional de Batasuna, si bien lo postulados ideológicos de su formación están más próximos al nacionalismo moderado del Partido Nacionalista Vasco (PNV). En medio del cruce de ofertas y contraofertas, Zabaleta señaló a los medios de comunicación que "existe base para un acuerdo" de gobierno con los socialistas navarros, al considerar que "los ciudadanos han pedido un cambio de gobierno" en la comunidad foral.
Sin embargo, Zabaleta puso como condición a la negociación que ésta incluya también una alianza para el ayuntamiento de Pamplona, en donde la situación es aún más compleja y delicada, donde UPN tampoco alcanzó la mayoría absoluta, al obtener 13 escaños, mientras que NA logró 8, el PSN sumó 4 y por tanto quien tendría la llave del gobierno es la formación Acción Nacionalista Vasca (ANV), que alcanzó dos concejales.
El problema es que ANV, próxima a Batasuna y que fue sometida a la ilegalización de la mitad de sus candidaturas, impediría un apoyo de los socialistas a la candidata de NA, Uxue Barkos, a pesar de que ésta exigió a ANV que para formar una alianza tendría que expresar una "repulsa inequívoca" de la violencia.
El secretario de organización del PSOE, José Blanco, señaló por su parte que en Navarra "no hay nada descartado", pero que "no llegarán a ningún acuerdo" con ANV en Pamplona. "No vamos a entrar ahora en las diferencias que hay entre unos y otros, en todo caso, entendemos que Nafarroa Bai está conformada por partidos como el PNV, que no es nada sospechoso, y por tanto no es comparable". También aclaró que "la actitud del PP y las diferencias antagónicas de fondo hacen imposible un acuerdo" entre ambos partidos.