Podría incluir el corredor de El Paso, Texas, informa funcionario estadunidense
Negocian México y EU ampliar el programa de repatriación voluntaria
Aún sin fecha, el inicio de la temporada 2007 del plan de retorno de indocumentados
Ampliar la imagen Elementos de la Guardia Nacional de Estados Unidos levantan un muro en la zona desértica de Arizona para reducir el paso de indocumentados desde el territorio mexicano Foto: Ap
Los gobiernos de México y Estados Unidos negocian la ampliación del Programa de Repatriación Voluntaria, que desde hace tres años se lleva a cabo en el corredor Sonora-Arizona, y que tiene la finalidad de regresar cuando menos 300 indocumentados diarios y disminuir con ello el número de muertos en la frontera común entre los meses de junio y septiembre, temporada cuando se registran las temperaturas más altas en esa zona desértica.
El portavoz de la Oficina para el Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, Michael Kegan, informó en entrevista telefónica que la puesta en marcha del Programa de Repatriación, por cuarto año consecutivo, todavía no tiene fecha de inicio, pero que se evalúa su ampliación a otras regiones de la frontera común, como el sector de El Paso, Texas.
Sin embargo, hay que precisar que la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés), que es el brazo investigador del Congreso estadunidense, ha cuestionado dicho plan, pues no hay evidencia estadística ni documental que compruebe la relación directa entre la disminución del número de muertes ocurridas en la zona de Nogales, Yuma y Tucson, y la puesta en práctica de dicho programa, que tradicionalmente inicia a mediados de junio.
Por el contrario, de acuerdo con las estadísticas oficiales de la Patrulla Fronteriza, el número de fallecimientos registrados en la frontera entre Arizona y México ha ido en aumento, pese a la aplicación del programa; de tal forma, se reportaron 82 muertes en julio de 2006, frente a 78 en 2005, y 46 en 2004, en ese mismo mes, año en que se implementó dicho programa de repatriación.
El objetivo del programa de repatriación voluntaria es el de salvar las vidas de los indocumentados al ofrecerles un regreso seguro a su lugar de origen y de esta forma evitar que intenten nuevamente realizar el cruce indocumentado y caigan en manos de los coyotes, que los exponen a cruzar por el desierto con temperaturas que superan los 40 grados centígrados.
Hasta el momento, en los tres años que se ha aplicado dicho plan, participan aquellos indocumentados mexicanos que son detenidos en la frontera de Arizona, y tras una "asesoría" ante representantes de consulados de México, expresan su deseo voluntario de regresar a su lugar de origen.
Y aunque se pone especial énfasis en personas de avanzada edad, mujeres, niños y aquellos que han sufrido una lesión en su frustrado intento por cruzar la frontera, es amplio para recibir a todo aquel que manifieste su decisión de regresar a su estado natal.
Todos los indocumentados mexicanos que se acogen al programa, son llevados a Tucson, Arizona, desde donde diariamente salen dos aviones a la ciudad de México, y de ahí a las centrales camioneras donde obtienen un boleto para su lugar de origen. Por su parte, a los que se niegan a participar en el programa son repatriados en forma tradicional, dejándolos sólo en la frontera más cercana, generalmente cerca de la ciudad fronteriza de Nogales, Sonora, donde esperan una mejor oportunidad para intentar cruzar nuevamente.
Según las cifras oficiales del programa, en 2004, año en que dio inicio, fueron repatriados más de 14 mil mexicanos indocumentados, mientras que en 2005 la cifra superó los 20 mil, pero esta cantidad cayó al año siguiente, registrándose solamente 15 mil. Hay que recordar que 2006 fue el primer año en que se implementó el programa desde que la Guardia Nacional apoya a la Patrulla Fronteriza.
En promedio, los cien días que tiene de operación dicho programa cada año -de mediados de junio a finales de septiembre- el costo ha sido de unos 15 millones de dólares, que son cubiertos por el gobierno de Estados Unidos.
Diversas organizaciones de derechos humanos pro migrantes han criticado severamente el programa, con el argumento de que el gasto es inútil y no resuelve de ninguna manera el problema de la inmigración indocumentada.
Por su parte, los defensores del programa aseguran que la acción de enviar a los indocumentados hasta sus lugares de origen evita que sean enrolados nuevamente por los polleros y pongan en riesgo su vida.