Usted está aquí: sábado 9 de junio de 2007 Cultura La música es una revelación humana para reivindicarnos como especie: Marco Parisotto

El director canadiense será batuta huésped de la OFCM este fin de semana

La música es una revelación humana para reivindicarnos como especie: Marco Parisotto

ANGEL VARGAS

''Al igual que el resto de las bellas artes -dice el director de orquesta Marco Parisotto- la música es una expresión y una revelación de lo humano, una reivindicación de lo que somos como especie. En ella se concentran el tiempo, la historia, el deseo, las convenciones, el conocimiento de determinada época", señala el director de orquesta canadiense.

En entrevista con La Jornada, a propósito de su participación este fin de semana como director huésped de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), Parisotto sostiene que en países como Estados Unidos, Australia o Canadá, en los que las orquestas no reciben subsidio del Estado y se mantienen sólo con recursos privados, han logrado sortear severos problemas económicos e, inclusive, colocarse entre las mejores del mundo.

Se manifiesta porque en Canadá el gobierno se interese en apoyar más la música de concierto, como sucede en gran parte de las naciones europeas, China y México.

''Aquí (en México), por ejemplo, hay condiciones económicas como para hacer este fin de semana (con la OFCM) las Variaciones de Schoenberg, gracias a la participación del gobierno. Aquí existe el convencimiento de que la música es arte y cultura, y que esto es necesario para la sociedad", agrega el músico.

''Y eso es algo que no encontramos en Canadá. El gobierno no entiende que la cultura es muy importante para el ser humano. Las orquestas en mi país son fabulosas; desde el Atlántico hasta el Pacífico tienen un nivel muy alto, pero ello es posible gracias al enorme trabajo de la comunidad para encontrar dinero con el cual pagar a los músicos."

Ejercicio emotivo

Nacido en Montreal, en el seno de una familia italiana, Marco Parisotto asume la música desde una perspectiva más emocional que intelectual: ''Cuando me acerco por vez primera a la partitura es un ejercicio de la razón, algo inclusive científico; pero una vez que llega el momento de la interpretación sale a flote el lado espiritual, y de allí todo se convierte en un ejercicio emotivo".

De sus predilecciones estéticas, las ubica del lado de las músicas alemana y austriaca románticas y posrománticas: ''Me siento en mi elemento, porque requieren orquestas muy grandes y es música grandilocuente". Eso, además de también dirigir la de origen rusa o la ópera italiana.

Su afinidad con el repertorio alemán y austriaco, del romanticismo y posromanticismo, marca su regreso a México para actuar por cuarta ocasión en su carrera con la OFCM: el programa tiene como eje a compositores de la Segunda Escuela de Viena, con obras de Arnold Schoenberg, de quien se interpretará sus Variaciones op 31; Alban Berg, con Thema scherzoso con variazione, y Anton Webern, con Seis piezas para orquesta.

Completan el programa dos autores que fueron precedentes de dicha escuela: Richard Strauss, con la suite de El caballero de la Rosa, y Richard Wagner, con la obertura a Los maestros cantores de Nuremberg.

Los conciertos, como es costumbre, serán el sábado y el domingo, a las 18 y 12 horas respectivamente, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, en Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela.

Para el siguiente fin de semana, por cierto, está anunciado otro director canadiense como huésped de la OFCM: Marc David, quien se encargará del programa 17 de la agrupación, titulado Mahler, director de la Filarmónica de Viena.

 
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