La agrupación británica desató la magia en un ensayo general de La bella durmiente
Comienza el Royal Ballet intensa gira por escenarios mexicanos
Intrusión de la prensa tras bambalinas para atestiguar los preparativos de 150 bailarines
Después de sus presentaciones en el Auditorio Nacional, viajarán a Guadalajara y Puebla
Ampliar la imagen Una escena del ensayo general, el jueves, del Royal Ballet del cuento clásico de La bella durmiente en el Auditorio Nacional Foto: Yazmín Ortega Cortés
El Royal Ballet inició este jueves por la noche una gira intensa por México. Tan sólo en el Auditorio Nacional tendrá ocho funciones entre el 14 y el 20 de junio, con tres de las piezas más representativas del repertorio del ballet clásico: La bella durmiente, Coppelia y Romeo y Julieta.
La gira llevará a los 150 bailarines a visitar las ciudades de Guadalajara y Puebla antes de viajar a Estados Unidos.
Previo a su primera presentación, la primerísima después de no pisar tierra mexicana en tres décadas, el Royal Ballet del Royal Opera House de Covent Garden realizó un ensayo general de La bella durmiente para la prensa y algunos invitados.
Los secretos del mago
Antes de pasar al ensayo, la compañía permitió el acceso de los medios -reporteros, cámaras de televisión y fotográficas- a los camerinos y a su preparación en el escenario. Si se retoma el cliché de que el ballet es magia, es en esta parte, en el backstage o tras bambalinas, donde se descubren los secretos del mago:
Zapatillas sin vida bien acomodadas en cajas de cartón, máscaras de ratones a la espera de convertirse en personajes, sombreros con plumas descansando en una esquina, vestidos colgados de la entrepierna dejando caer el tul del que están hechos, mientras en otra parte se planchan con vapor los vestidos para quitar cualquier resabio de arrugas.
Terciopelos, brocados, telas sencillas o barrocas, brillantes todas, en todos los colores y de textura suave al toque de la mano cuelgan de ganchos en perfecto orden y con el nombre de quien los ocupará.
En los camerinos todo es calma, algunos escuchan música, otros platican o beben agua de las muchas botellitas de medio litro que se encuentran a cada paso. Ahí también hay vestuario a unas horas de ser utilizado.
Algunas de las bailarinas se apresuran para que les abrochen los vestidos, otras se acomodan los listones de las zapatillas, en este momento no hay maquillaje y son muy pocos los que portan el vestuario completo (aquí podemos contar a la reina y a la hechicera del cuento). A otro camerino no se puede pasar, porque las bailarinas se están cambiando de ropa.
La intrusión termina y hay que caminar hacia el escenario, ahí también todos están relajados, no se les ve nerviosos, más bien sonrientes, van de un lado a otro, platican, terminan de acomodarse las zapatillas, nada del ajetreo que, seguramente, sí ocurre cuando la función comienza.
Los que no forman parte de la compañía son invitados a abandonar el escenario para presenciar, desde las butacas, el ensayo de este cuento que forma parte de la tradición europea y fue recogido por autores que agregaron o quitaron elementos: las dos versiones más populares son la de Charles Perrault y los hermanos Grimm.
Producción conmemorativa
La bella durmiente se presentó por primera ocasión en el repertorio del Royal Ballet en 1946, pero se creó una nueva producción para conmemorar el 75 aniversario de la compañía más importante del ballet británico y se estrenó hace apenas un año. La música, que será interpretada en México y Puebla por la Orquesta Sinfónica de las Américas y en Guadalajara por la Orquesta Sinfónica de Jalisco, es de Chaikovski. La coreografía original es de Marius Petipa.
Comienza el ensayo y ahora sí la magia se desata. Sin el vestuario hipnotiza. Con el vestuario completo debe ser la locura. Lo que unos minutos antes eran simples telas pintadas, con la iluminación se convierten en un palacio: los pilares adquieren profundidad y textura (algo muy cercano sería una imagen en tercera dimensión).
Las hadas ofrecen regalos a la princesa Aurora que duerme pacíficamente en su cuna (es una muñeca de plástico), mientras la corte celebra su nacimiento. Los reyes también festejan sin saber del rencor que despertaron en el hada malvada que, al no ser invitada, decide dejarle a la bebé un maleficio: dormirá cien años...
(La bella durmiente se presentó anoche y habrá funciones este sábado 16 y domingo 17 en el Auditorio Nacional. Coppelia llegará a escena mañana, mientras Romeo y Julieta será el martes 19 y miércoles 20. El costo de los boletos va de 650 a mil 500 pesos. Para informes consulte la página www.auditorionacional.com.mx)