Estados Unidos bloquea las propuestas de la presidencia del organismo
Empantanados, trabajos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, participará en los trabajos del quinto periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que este lunes cierra su reunión anual en Ginebra sin alcanzar acuerdos sobre aspectos importantes para su funcionamiento, como es la definición de su agenda, el mandato de relatores especiales o la adopción de un código de conducta para esos expertos.
Este quinto periodo de sesiones marca también el fin del primer año de trabajos del consejo, así como de la presidencia de México al frente de este organismo, en la persona del embajador Luis Alfonso de Alba.
Aunque el funcionario mexicano entregó un conjunto de propuestas de reformas para ser analizadas y discutidas este lunes en la última sesión, el panorama para llegar a acuerdos se presenta sumamente complicado. Además, se deberá renovar un tercio de los miembros de dicho consejo.
Hace un año, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó un mandato para sustituir a la entonces Comisión de Derechos Humanos -órgano creado en 1946- por el nuevo consejo, para convertirlo en una institución más eficaz y menos politizada, pues había crecientes exigencias para cambiar las reglas, consideradas selectivas, politizadas y con un "doble rasero" para analizar la situación de los derechos humanos en los distintos países. La asamblea dio un plazo de un año para fijar las reglas de funcionamiento con el objetivo de lograr esas metas. Ese periodo se cumple hoy.
Varios especialistas han señalado que existe un notable consenso en las formas en que el organismo podría abordar la revisión de los derechos humanos con una visión diferente, pero persiste la visión del gobierno de Washington, que se opone, por ejemplo, a abordar el tema de Palestina y a que las resoluciones que se emitan sean por países.
Una de las propuestas presentadas por la presidencia del consejo es que el examen de derechos humanos se practique a todos los países y se realice cada cuatro años, además de que sea llevado a cabo por tres naciones distintas elegidas al azar, siempre con la asistencia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y de organizaciones no gubernamentales.
También hay fuertes diferencias en cuanto a los procedimientos que debe seguir el consejo. Por ejemplo, China propone que las resoluciones que afecten a los países sean aprobadas por dos tercios de los miembros, porcentaje que ya existía con la antigua comisión.