Más de un millón de inmuebles en regular o mal estado

Trabas burocráticas ahondan crisis de vivienda en Cuba: Juventud Rebelde

GERARDO ARREOLA

La Habana, 17 de junio. El gobierno y la prensa abrieron el armario de los horrores de la política de vivienda, que parece sumergida por una burocracia exasperante, la falta de fuerza laboral y de materiales suficientes y hasta la falsificación de informes.

"La construcción de viviendas por esfuerzo propio, una de las iniciativas más prácticas y esperanzadoras del país para garantizarle un techo a los más necesitados, atraviesa por un mar de trabas burocráticas y de preguntas sin respuesta que, lejos de alegrarles la vida a los beneficiados, se las agobia cada vez más", dijo hoy el diario Juventud Rebelde, en un amplio reportaje sobre el caso.

En una reunión con alcaldes y gobernadores provinciales, hace dos semanas, el vicepresidente Carlos Lage reveló que el informe nacional de 2006 sobre el sector incluyó cifras falsas sobre unidades concluidas.

Lage indicó que el gobierno tiene recursos disponibles para ejecutar su programa de vivienda, pero no existen ni la fuerza laboral ni los materiales necesarios. También reconoció que, a pesar de una reducción de trámites y la ampliación del horario de atención al público, "mientras exista crítica en la población, y hoy todavía es bastante, debemos estar insatisfechos y buscando qué otras medidas adoptar".

Aunque los cubanos reciben un título de posesión de su vivienda, no pueden venderla ni comprar otra, sino sólo habitarla o permutarla, un procedimiento administrativo que requiere la autorización oficial y puede consumir meses o años.

Juventud Rebelde y el semanario sindical Trabajadores enfocaron en ediciones recientes el martirio de quienes obtienen el derecho a construir una vivienda "por esfuerzo propio", lo cual significa disponer del terreno, la asesoría, los materiales y un crédito bancario, pero no de la fuerza laboral necesaria.

Es decir que quien recibe ese derecho, generalmente como premio a sus méritos laborales, debe construir la vivienda con sus propias manos.

Pero aún la persona más dispuesta a rajarse las uñas levantando su vivienda, puede estrellarse con una cadena interminable de trámites y permisos oficiales y la escasez de materiales.

Juventud Rebelde dijo que pudo comprobar con más de 20 personas que construyen su vivienda "por esfuerzo propio", que se enfrentan a un "laberinto burocrático" que no puede compararse "ni con la odisea de Ulises".

"Postergada la construcción durante años por la falta de recursos materiales, el déficit de viviendas constituye hoy uno de los problemas más acuciantes de la sociedad cubana, de ahí que edificar con esfuerzo propio resulte un paliativo indispensable para una urgencia que no permite esperas", comentó Trabajadores.

Bajo la crisis que irrumpió por la caída de la Unión Soviética, Cuba paralizó la construcción de viviendas en la década anterior. En 2005, con una economía reanimada, el gobierno anunció un plan de 100 mil casas anuales a partir del año siguiente.

La promesa era un alivio para una población que, a un déficit acumulado de viviendas nuevas y de reparaciones a edificaciones antiguas, tuvo que sumar en los últimos cinco años el golpe de los huracanes que dañaron en distintos grados más de 579 mil viviendas, de las cuales 73 mil 169 fueron destruidas totalmente.

Estimaciones oficiales indicaban que, hasta antes de que se iniciara el actual programa de construcciones, cerca de 1.3 millones de viviendas estaban en regular o mal estado en el país, sobre un total de 3.1 millones.

Según Trabajadores, de 8 mil 934 viviendas aprobadas en 2005 para su entrega a empleados destacados, hasta mayo pasado estaban concluidas mil 445.