Usted está aquí: martes 19 de junio de 2007 Espectáculos Exigen a gobiernos más espacios para exhibir cine iberoamericano

González Iñárritu y Víctor Gaviria, entre otros, lanzan manifiesto en Madrid

Exigen a gobiernos más espacios para exhibir cine iberoamericano

Pese a su encuentro con Calderón, el director de Babel expresa sus dudas de que algo cambie en México

Proponen crear red de recintos para ese propósito en Europa y Latinoamérica

ARMANDO G. TEJEDA

Madrid, 18 de junio. El cine iberoamericano vive amenazado y atenazado por la poderosa y floreciente industria estadunidense, que no sólo controla la distribución y exhibición de los filmes en prácticamente todo el mundo, sino que además "condiciona" al espectador con un mensaje "uniformador" y "embrutecedor". Para combatir el mal endémico del cine iberoamericano, un grupo de cineastas latinoamericanos, entre ellos el mexicano Alejandro González Inárritu, presentó en Madrid un manifiesto en el que hace un llamado de atención a los gobiernos y a los agentes implicados en la industria para revertir una situación que considera "insostenible".

En Colombia, Argentina, México, España o Brasil el diagnóstico del cine autóctono es similar, si acaso varían en algunos matices. El meollo de la crisis de la industria cinematográfica iberoamericana tiene cuatro raíces, según estos cineastas: el control absoluto de las distribuidoras por las trasnacionales estadunidenses, las políticas y comisiones de los exhibidores, la falta de compromiso y visión de las televisiones privadas y públicas, y, finalmente, la ausencia de políticas públicas que favorezcan el cine nacional.

Ya no existimos...

En un manifiesto titulado Ya existimos, ahora exigimos... un grupo de creadores latinoamericanos, entre ellos el colombiano Víctor Gaviria, el director de Amores perros y el argentino Daniel Burman lanzan un mensaje de combate a sus compañeros de profesión y a todos aquellos sectores implicados en la elaboración de películas, desde productores hasta distribuidores y exhibidores marginados por la maquinaria de la industria de Estados Unidos. En el texto sostienen que "ya pasó el tiempo en que el éxito era excepcional y producto de la suerte. Hoy el cine iberoamericano es un movimiento ascendente de gran potencia que merece un público proporcional a su indiscutible valor. Sin embargo, sigue siendo el pariente pobre de las pantallas frente al buen y el mal cine estadunidense y a las cinematografías minoritarias, pero emergentes, como la asiática o africana".

Entre las medidas que proponen los cineastas para salvar de la crisis al cine iberoamericano destacan que se articule una red estable y coordinada de salas de exhibición de esa cinematografía tanto en Europa como en América Latina, empezando por una alianza de centros culturales públicos y privados; que se exploren medios de distribución y exhibición digitales y vía Internet; además de que las televisiones públicas y privadas apoyen y exhiban más decididamente cintas iberoamericanas.

Los cineastas sostienen que "el cine iberoamericano no es una experiencia de laboratorio, es una realidad en ascenso que interesa a públicos locales e internacionales, y que requiere la atención y el apoyo de los poderes públicos y de la industria".

Alejandro González Iñárritu se mostró especialmente crítico con la televisión, no sólo por su falta de compromiso con la industria del cine, sino por su insaciable capacidad de emitir mensajes de homogeneización del gusto cinematográfico, lo que hace todavía más difícil la competencia del cine independiente. "Un problema evidente es la parte de la televisión. Por lo menos en México y en gran parte de América Latina -y me consta- la televisión se rehúsa a transmitir nuestras películas y lo que paga es realmente ridículo". El cineasta mexicano también criticó la falta de políticas públicas para proteger al cine nacional del avasallamiento del estadunidense.

"Es importante poner las bases para que haya una industria sana. Y yo estoy en contra del proteccionismo, no creo que se deba proteger el cine nada más porque se habla en español, ya que el cine es bueno o malo y no hay que ser patrioteros. Pero al menos se le tiene que dar la opción a la gente de que conozca la película, y que el público decida, pero insisto, esto no ocurre actualmente", dijo el realizador de Babel.

Leyes del mercado

González Iñárritu expuso: "En México hay un Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), que incluye a la cultura. Entonces, cuando estás compitiendo con una trasnacional, en la que un niño de 15 años está expuesto a 30 comerciales de televisión de Spiderman, evidentemente estás construyendo ahí una conciencia de que esa película existe y que resulta imposible competir a un director o un productor de una cinta pequeña. Si no rescatamos, por lo menos en México, la parte cultural del TLCAN y damos una cierta protección, un espacio al cine local, no vamos a poder crear una conciencia más sana, más justa, más balanceada".

En cuanto a sus expectativas sobre el gobierno de Felipe Calderón respecto de ese asunto, reconoció sus dudas de que algo cambie: "México tiene problemas económicos y sociales, y no sé qué prioridad le dará al cine nacional. Nosotros le hemos expresado la preocupación que tenemos de que la cultura es parte de esos problemas, y que si no atendemos eso nos va a ir peor".

 
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