"Mantiene tendencias involutivas con características pedofílicas poco comunes"
Succar Kuri, con graves trastornos sexuales, revelan dictámenes sicológicos
El perfil sicológico del empresario estadunidense Jean Succar Kuri, acusado por diversas menores de edad de abuso sexual, denota que es una persona con características de "trastorno sexual" que enfrenta "problemas de identidad que lo llevan a incurrir en parafilias, en la modalidad de actos de pedofilia".
Además, Succar Kuri, a quien se le imputa haber encabezado en Cancún, Quintana Roo, una red mundial de pederastia, fue plenamente identificado, mediante estudios sobre su personalidad, como un sujeto con un coeficiente intelectual "correspondiente a un nivel superior al término medio".
Asimismo, se detectó que sus características comunes de comportamiento demuestran que tiene "una deficiente introyección de normas y valores, carencias afectivas, relaciones superficiales e inadecuadas, manipulación, egocentrismo, rigidez, impulsividad e inmadurez emocional".
A estas conclusiones llegaron los sicólogos Sandro Suárez Pérez, empleado de la Procuraduría General de la República (PGR) y Verónica García Hermoso, empleada de la Dirección de Prevención y Readaptación Social de Quintana Roo. Ambos son peritos especializados en sicología, quienes el año pasado se entrevistaron con el estadunidense cuando éste permanecía recluido en un penal de Chetumal.
Las actitudes parafílicas de Succar Kuri, de 61 años de edad, según consta en dictámenes sicológicos en poder de La Jornada, permitieron que el estadunidense tuviera control sobre diversas menores de edad que contactó en Cancún.
Al principio, el estadunidense mostraba una personalidad paternal y tierna, lo que generaba confianza entre sus víctimas; después, las llenaba de regalos, les ofrecía dinero y les compraba ropa. Las niñas aceptaron las dádivas ya que provenían de familias con carencias económicas. Una vez que el presunto pederasta abusaba sexualmente de ellas, las manipulaba emocionalmente para evitar que lo denunciaran.
Menores afectadas
En otros dictámenes realizados por las sicólogas Claudia Frondosa Aguilar y María de Lourdes Castro Pérez, a solicitud del juzgado segundo de distrito de Quintana Roo, se destaca que dos de las menores de edad presuntamente abusadas sexualmente por Succar Kuri presentan en la actualidad síntomas de los síndromes de Estocolmo y de estrés postraumático; tienen cuadros de bulimia y anorexia, además de padecer pesadillas recurrentes, insomnio, bajo rendimiento escolar y otras afectaciones colaterales.
Incluso el abogado Xavier Olea Peláez, abogado que asesora a estas víctimas y las representa ante la PGR, asegura que una de ellas -que conoció a Succar Kuri cuando tenía 13 años y actualmente tiene 17- mantiene un "desequilibrio emocional constante", lo que la llevó hace unos cuatro meses a fugarse de su casa, luego de que se enteró que quedó embarazada de su novio.
En los exámenes realizados por estas dos sicólogas se concluye que en cuanto al estado emocional de las menores, "presentan miedo, irritabilidad, vergüenza, ansiedad, tristeza profunda, baja autoestima, sentimientos de estigmatización, rechazo del propio cuerpo y desconfianza.
"Todo esto como consecuencia de las experiencias resultantes de los encuentros con el estadunidense, ya que hay una gran dificultad para entender y acomodar, a su corta edad, una experiencia de tales dimensiones.
"La sexualidad adulta irrumpe en el proceso de desarrollo sicosexual de las menores, afectando el desarrollo de su imagen corporal que se está desarrollando; el cuerpo se vive con violencia por haber sido el espacio violado, marcado.
"Presentan algunos síntomas del trastorno de estrés postraumático, como conductas de evitación de estímulos relacionados con el suceso; enfrentan sensación de distanciamiento y extrañeza respecto de otras personas", puntualiza el dictamen de Frondosa y Castro sobre las dos menores cuyos nombres mantienen en el anonimato.
Los trastornos sexuales
En su libreta de resultados, la sicóloga de la Dirección de Prevención y Readaptación Social de Quintana Roo, adscrita al Centro de Readaptación Social de Chetumal, concluyó en su informe sobre la personalidad de Succar Kuri: "mantiene tendencias involutivas con características pedofílicas poco comunes de acuerdo con su edad".
Además, la sicóloga Verónica García asentó que el estadunidense padece "estados anacrónicos de ansiedad; baja tolerancia a la frustración sexual, lo que trae el infringimiento a las normas sociales; probabilidad alta de incidencias de conductas sexuales no legales, y tendencias sicopáticas evidentes que lo llevan al estupro y a las sexopatías".
Según esta especialista, Succar Kuri requiere con urgencia un "tratamiento sicoterapéutico en contexto determinado".
A su vez, Sandro Suárez Pérez, adscrito al área de servicios periciales en materia de sicología de la PGR, realizó una entrevista a Succar Kuri en septiembre de 2006.
En sus respuestas, el indiciado admitió haber tenido relaciones sexuales con Edith Encalada desde que ella tenía 14 años de edad (actualmente tiene 22).
Además, reconoce que a otra de las cinco menores de edad que lo acusan de abuso sexual le tocó sus genitales, aunque rechaza que la hubiera penetrado.
"Si le agarré el queso y le metí la mano abajo del calzón, pero no le metí el dedo como dice la declaración; (la víctima) fue a mi casa 15 días seguidos (...) pero no me la cogí; si me la hubiera querido coger me la cojo desde el primer día; sólo le daba besos; el último día que la vi le pregunté: '¿te gustaría hacer el amor conmigo?' Ella me dijo que sí", sostuvo Succar Kuri durante la entrevista con el perito de la PGR.
Durante su evaluación de resultados, Suárez Pérez refirió: "cuenta con una capacidad intelectual sumamente elevada; presenta una gran habilidad para la realización de negocios.
"Las carencias económicas y la falta de afecto propiciaron que el ahora interno priorizara lo económico por encima de lo afectivo, ya que utiliza su elevado nivel intelectual para allegarse de personas, pues gusta del reconocimiento.
"Cuando sus deseos no son cubiertos de la manera que él espera, se frustra, enoja y reacciona de manera agresiva, ya que sobreinterpreta los estímulos; a pesar de ello, minimiza y justifica sus reacciones y no es capaz de reconocer sus errores.
"El evaluado es inmaduro y establece relaciones afectivas inadecuadas y poco acordes a su edad y nivel de desarrollo, ya que le gusta dominar y ejercer poder sobre aquellos que considera inferiores, ya que muestra poco respeto por las normas y valores establecidos.
"Actualmente Succar Kuri siente incertidumbre por su futuro, ya que se siente atacado y perseguido injustamente, se victimiza y se angustia", finalizó.