Calderón insiste en promover su plan hacendario
Ultima oportunidad en la lucha contra la pobreza
Apuesta a combatir privilegios y la evasión fiscal
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón, durante la entrega de apoyos a adultos mayores en el municipio Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, Tlaxcala Foto: Notimex / Alfredo Guerrero
Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, Tlax., 20 de junio. Con la advertencia de que México tiene la "última oportunidad de hacer cambios" en la lucha contra la pobreza, el presidente Felipe Calderón promovió su iniciativa de reforma fiscal como una apuesta para combatir privilegios y la evasión fiscal.
Después de que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, entregara el paquete de reformas a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el michoacano reconoció que implicará un "esfuerzo para muchos mexicanos", sobre todo para los más ricos, y los invitó a que algún día conozcan cómo viven los pobres.
Aunque se concentró en defender su proyecto durante la gira que realizó por Tlaxcala e Hidalgo, abrió las puertas para que legisladores, partidos políticos y gobiernos estatales y municipales la enriquezcan durante las consultas que realizará en los días próximos, en las que Carstens tiene la instrucción de atender todas las dudas y sugerencias.
Como parte de su campaña para convencer de su propuesta, Calderón señaló que llegó el tiempo de "caminar más aprisa", y bautizó su iniciativa como "una reforma hacendaria para los que menos tienen", con lo cual evocó banderas del perredismo.
Aseguró que si se aprueban los cambios propuestos, en 2006 el gobierno recibirá recursos adicionales equivalentes a dos puntos del producto interno bruto (PIB), es decir, casi 30 por ciento más que los ingresos actuales; la población en pobreza extrema disminuirá 30 por ciento, y México será líder en América Latina en construcción de infraestructura.
Una vez más, Calderón preconizó la reforma en actos masivos con gente traída de regiones pobres, a las que saludó, besó, apapachó y de manera inusual escuchó sus peticiones de mejores sueldos y empleo.
También se empeñó en demostrar que tiene apoyo de las principales fuerzas políticas, pues acudió a estados gobernados por el PAN (Héctor Ortiz, en Tlaxcala), el PRI (Miguel Angel Osorio, en Hidalgo) y por el PRD, en el caso del municipio de Tulancingo, donde recibió apoyo del alcalde Ricardo Bravo.
En Ixtacuixtla, en un auditorio lleno de ancianos que recibieron recursos del programa Adultos Mayores 70 y más, que correspondieron con porras en favor del Presidente, enunció los cuatro "pilares" de su plan:
1. Promover un "gasto público más eficaz y transparente", con la creación de un sistema de evolución del desempeño de los programas de gobierno a cargo de un organismo conformado por expertos independientes.
Con ello, dijo, buscará garantizar mayor transparencia y rendición de cuentas desde la Presidencia de la República hasta las presidencias municipales.
2. Fortalecer el federalismo fiscal para que estados y municipios cuenten con más recursos mediante el cobro de nuevos impuestos, ya que son los que conocen de primera mano las necesidades más apremiantes de la gente.
3. Combatir los privilegios, la evasión y la elusión fiscal, ya que -explicó- actualmente el sistema permite evitar el pago de impuestos si se cuenta con buenos contadores o abogados.
"En el sistema tributario que proponemos y que requiere el país no hay ni debe haber cabida a privilegios", expresó ante los ancianos congregados en este municipio tlaxcalteca.
La meta consiste en estimular a los contribuyentes cumplidos y facilitar la incorporación a la legalidad de quienes no pagan impuestos. Todo esto, dijo, mediante "impuestos sencillos" que fomenten la inversión y el empleo.
4. Fortalecer las finanzas públicas mediante la incorporación de nuevas fuentes de ingreso estables y permanentes para atacar sustancialmente la miseria.
Citas biblícas
Como parte de su campaña de persuasión sobre las bondades de la reforma, pidió a los críticos: "que entren a las chozas o a las casas de ustedes (los pobres), algunos que no tienen ni siquiera piso de cemento, que puedan acompañarnos un día a recoger en cubetas el agua de una llave o a pagar la pipa que viene una vez a la semana".
Quisiera, insistió, que muchos de esos potenciales contribuyentes pudieran asomarse a las comunidades indígenas de México para saber de qué color y a qué sabe la miseria en que vive en el país la quinta parte de la población, y la pobreza en la que viven más de 50 millones de mexicanos.
Durante la entrega de recursos a organizaciones sociales en el municipio de Huamantla, Calderón se valió incluso de frases bíblicas para convocar a la "solidaridad" entre los mexicanos. "A final de cuentas, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, atender al enfermo, al desvalido, son tareas y fuerzas poderosas, capaces de mover a la sociedad y a la humanidad y por eso deben ser reconocidas y apoyadas".
Como remate del recorrido, en Tulancingo, Hidalgo, recibió el espaldarazo del presidente municipal, que presumió la presencia en el acto de tres opciones diferentes (el gobernador priísta Miguel Angel Osorio, el presidente panista y el alcalde perredista) y como una "nueva forma de hacer política".
Eso dio pie a que el michoacano insistiera en que las fuerzas políticas están unidas en busca de saldar la deuda con los pobres, sin importar que sean del PAN, del PRI o del PRD.