Las ligas con el narco
Las presuntas complicidades de Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, con el cártel de Juárez, fueron descubiertas por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en la década de los 90. Las autoridades del vecino país alertaron entonces a sus contrapartes mexicanas sobre los presuntos vínculos del ex funcionario priísta con capos del narcotráfico, mediante informes confidenciales que recibió en su momento la Procuraduría General de la República (PGR).
En 1997, las autoridades mexicanas comenzaron a investigar a Villanueva Madrid. Dos años más tarde consiguieron una orden de aprehensión en su contra, que libró la juez federal Olga Sánchez Contreras, encargada del llamado maxiproceso en el que se vinculó a líderes del cártel de Juárez con políticos, jefes de cuerpos policiacos, agentes del Ministerio Público, militares y empresarios.
Una vez que terminó su gestión como gobernador, a finales de 1999, las autoridades ministeriales agilizaron las pesquisas. Sin embargo, Mario Villanueva logró darse a la fuga el 6 de abril de 1999. Tras varios meses de ocultarse por el sureste del país y en otras naciones, la PGR, en coordinación con la DEA y el Ejército Mexicano, logró capturarlo en Cancún el 24 de mayo de 2001, cuando viajaba en una camioneta Nissan acompañado por el ex diputado federal priísta Ramiro de la Rosa Bejarano y su chofer Jesús Manuel Chang Rejón.
Villanueva fue señalado por la PGR como uno de los líderes del cártel de Juárez. La acusación refiere que introdujo al menos 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos y recibió 500 mil dólares por cargamento.
Después de su detención se dio a conocer una carta enviada a la PGR, en la que aseguró que nunca había salido del país, pero las pistas seguidas por la Interpol lo ubicaron en varias naciones esos dos años.
En agosto de 2002 salió a la luz pública que el gobierno mexicano detectó cuentas bancarias en Suiza a nombre de Mario Villanueva Madrid, y se detectaron dos cuentas por 850 mil dólares a nombre del ex gobernador quintanarroense. Un mes antes se había descubierto otra cuenta por un millón de dólares en el banco suizo Credit Suizse.
De acuerdo con informes de inteligencia del gobierno estadunidense, el dinero procedía del narcotráfico, y las cuentas bancarias se abrieron desde 1994.
Alcides Ramón Magaña, El Metro -quien evitó que Amado Carrillo Fuentes fuera asesinado por los hermanos Arellano Félix en una emboscada en el restaurante Bali-Hai de la ciudad de México en 1993- fue quien contactó inicialmente a Villanueva Madrid con el propósito de que brindara protección policiaca a los integrantes del cártel de Juárez.
En febrero de 2006, Albino Quintero Meraz, don Beto, uno de los capos del narco con más contactos entre distintos cárteles de la droga que operan en México, y quien controlaba la plaza de Veracruz hasta que fue detenido en mayo de 2002, compareció en calidad de testigo ante un juez federal, como parte de uno de los procesos penales que enfrentaba el ex gobernador de Quintana Roo.
Aunque el testigo de la PGR no amplió su declaración, sí ratificó en todos sus términos el testimonio que rindió ante el Ministerio Público Federal el 26 de mayo de 2002, después de su arresto en Boca del Río, Veracruz.
En su declaración testimonial, de la que posee copia La Jornada, Quintero Meraz refiere: "Conocí (a Mario Villanueva) por conducto de Ramón Alcides Magaña, El Metro, en 1997. Me lo presentó en el segundo piso del hotel Casa Maya de Cancún, en una habitación de Oscar Benjamín García, El Rambo", ex subdelegado de la PGR que fue nombrado por Villanueva Madrid para que se desempeñara como subdirector de la Policía Estatal de Quintana Roo.
Agregó que días antes "El Metro me mencionó que le iba a dar dinero al señor gobernador para que no nos molestara" mientras realizaban actividades delictivas. Y detalló cómo mantuvo contacto con el ex mandatario, quien recibía pagos para que la Policía Judicial del estado y las corporaciones municipales permitieran al cártel de Juárez recibir sin ningún problema los cargamentos de cocaína procedentes de Colombia.