Localizado en Saltillo, resguarda vestigios del arribo del hombre a América
El Museo del Desierto, guardián de 400 millones de años de evolución
Exhibe réplicas de dinosaurios, así como de la flora y fauna que existió en la Tierra
Ampliar la imagen El Museo de las Aves, que aloja más de 2 mil 500 ejemplares, es otro de los grandes atractivos que ofrece la entidad
Ampliar la imagen Imponente ejemplar de un Tiranosaurio Rex, de más de tres metros de altura y 11 de largo, es parte de lo que expone el recinto a sus visitantes Foto: Leopoldo Ramos
Saltillo, Coah., 22 de junio. Juan José tiene 12 años de edad, y es ya un experto en dinosaurios. Conoce gran cantidad de especies, sabe con exactitud el momento de su aparición geológica, el tamaño que alcanzaban en la edad adulta, cuanto se ha determinado de su conducta, y en el caso de los carnívoros, sus estrategias de caza.
Juan José obtuvo sus conocimientos durante los dos últimos años. Primero participó en un curso de paleontología para niños, que expertos de diversos países impartieron en el Museo del Desierto de Saltillo, y poco a poco ha profundizado en el tema, al grado que ahora labora como guía y narrador en las galerías repletas de restos fósiles.
Ventana al conocimiento
Adentrarse en el Museo del Desierto, uno de los principales centros de interés en el sureste de Coahuila, abierto al público desde 1999, es recorrer en algo más de tres horas los 400 millones de años que comprende la exposición sobre la evolución.
Es posible apreciar y conocer detalles abundantes sobre las especies de flora y fauna típicas del desierto chihuahuense, del cual Coahuila forma parte.
Además de ofrecer exposiciones permanentes, el Museo del Desierto, que se localiza al oriente de Saltillo en terrenos del Centro Metropolitano, cuenta con talleres de astronomía, paleontología regional, conocimiento del medio natural y arqueología regional, a los cuales pueden acceder menores y adultos.
Hay información sobre las características de los desiertos del mundo, y está también el Laboratorio de Paleontología, donde expertos reconstruyen fósiles a la vista de los visitantes.
Asimismo, cuenta con una exhibición permanente de réplicas de dinosaurios, así como de flora y fauna existente en la Tierra hace más de 70 millones de años.
Imponente aparece un ejemplar de Tiranosaurio Rex, de más de tres metros de altura y 11 de largo, carnívoro que durante el Cretáceo (hace más de 60 millones de años) recorrió las praderas de Norteamérica.
También se muestran evidencias sobre la forma de vida que tuvieron los antiguos habitantes del noreste mexicano. Se pueden apreciar vestigios de cuando el hombre arribó a América, de los primeros asentamientos y de la fusión cultural posterior entre nativos, árabes y europeos.
Hay réplicas de cuevas, como la de San Vicente, que sirvieron de refugio para las tribus nómadas en las que, mediante pinturas y tallados en rocas, presentaban sus métodos de caza, sacrificios para los dioses, zonas con grandes atributos de la naturaleza como ríos y lagunas, además de la presencia de misioneros católicos, a partir del siglo XVI.
También se exhiben ornamentos, puntas de flecha, arcos, sandalias e instrumentos que utilizaban los primeros pobladores del desierto, con los cuales se pueden estimar sus hábitos de caza y la relación con su entorno natural.
El serpentario, con más de 50 especies distintas, y un área destinada a la conservación y reproducción de los roedores conocidos como perritos de la pradera o perritos llaneros, forman parte de las galerías que se encuentran dentro del museo.
Hay también un Jardín Botánico que ofrece más de 350 especies de cactáceas características de la zona, muchas de las cuales se ofrecen en venta al público.
Las aves
Otro atractivo de la zona sureste de Coahuila es el Museo de las Aves de México, que se localiza en el Centro Histórico de Saltillo.
Este se fundó el 15 de noviembre de 1993. Sus primeras exposiciones se realizaron con cientos de especies que fueron donadas por el coleccionista saltillense Aldegundo Garza de León, quien desde entonces encabeza el Consejo Directivo de la institución.
El museo ha incorporado especies vivas y disecadas. Actualmente ocupa un edificio histórico donde se concentran ejemplares vivos y embalsamados de la mayoría de las aves que pasan o habitan México.
Aloja más de 2 mil 500 ejemplares de unas 733 especies, que significan el 70 por ciento de la avifauna mexicana, la cual se integra por mil 50 especies y representa a su vez el 12 por ciento de las registradas en el mundo. Es el más grande en el mundo dedicado de manera exclusiva a las aves de un país.
En una de las visitas guiadas que se ofrecen de martes a domingo, los visitantes pueden apreciar que las aves en México se clasifican como residentes, aquellas que viven y se reproducen en el país; migratorias, que pasan el otoño y el invierno en México, pero durante la primavera y el verano se reproducen en Estados Unidos, Canadá y Alaska; endémicas, que sólo se encuentran en el país y de amplia distribución, es decir, especies que se encuentran en todo el mundo, como la lechuza y el halcón peregrino.
En el Museo de las Aves de México hay una representación bastante generosa sobre la avifauna coahuilense, como el cardenal pardo, pato arcoiris, grulla gris, carpinterillo mexicano, garzón cenizo, ganso blanco, halcón cernícalo, caracara común, correcaminos norteño, tecolotito colicorto, águila migratoria, zopilote carroñero, cardenal rojo y búho cornado, entre otras.