Se cierran dos años de crisis política en la comunidad de naciones europeas
Tras 36 horas de negociación acuerda la UE las bases de un nuevo tratado
Las concesiones a Polonia lograron levantar el veto de Varsovia que amenazaba quebrar la unidad
Gran Bretaña y Holanda también tuvieron respuestas positivas a la mayor parte de sus demandas
Ampliar la imagen La canciller federal alemana Angela Merkel, en rueda de prensa después del fin de la cumbre; la flanquean el alemán Frank-Walter Steinmeier y el titular de la Comisión Europea, José Manuel Barroso Foto: Reuters
Ampliar la imagen El presidente polaco, Lech Kaczynski, no oculta su alegría por los resultados de la junta Foto: Reuters
Bruselas, 23 de junio. Tras 36 horas de intensas negociaciones casi ininterrumpidas para levantar el veto de Polonia, los 27 líderes de las Unión Europea (UE) acordaron la madrugada de este sábado aquí las bases de un nuevo tratado que remplace la Constitución, con lo que cerraron dos años de crisis en esa comunidad de naciones.
"Estaba segura de que si no teníamos éxito hoy nos hubiésemos encontrado en una situación catastrófica pues muchos habrían sentido que se les empujó hasta el límite", admitió la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, presidenta en ejercicio de la UE, al final de la cumbre.
Aliviada aunque aún con signos de tensión, dijo que se logró un "buen compromiso" con Polonia, país al que se le efectuaron importantes concesiones para que levantara su veto en la controvertida cuestión del sistema de voto de doble mayoría cualificada. La víspera, Merkel amenazó con aprobar el proyecto sin Polonia.
Gran Bretaña y Holanda, país que en 2005 rechazó la Constitución junto con Francia, lo que hundió a la UE en una crisis política, también obtuvieron respuestas positivas a la mayor parte de sus exigencias en el proyecto final del nuevo tratado.
El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, opinó que con este resultado Europa y Holanda podrán avanzar. Afirmó que ahora ya sólo se trataba de un tratado para la modificación de los acuerdos existentes.
"Todo el mundo ha cedido un poco para que todos ganemos mucho", dijo el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, al afirmar que "Europa ha sabido dar respuesta a una situación difícil".
También los gobiernos de Dinamarca y Suecia se mostraron satisfechos con los resultados. El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, vio contemplados en el acuerdo los principales logros de la Constitución de la UE.
El presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, saludó los resultados de la cumbre. En declaraciones al periódico alemán Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, dijo que lo más destacable es que se había mantenido la sustancia del tratado constitucional, y que además fueron ampliadas las atribuciones del Parlamento Europeo.
El diario berlinés Tagesspiegel am Sonntag señaló que el Parlamento Europeo quería ser "de ayuda" en la cuestión de los escaños adicionales para los eurodiputados polacos y españoles.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, se mostró aliviado con el resultado de la cumbre y aseguró que juntos lograron evitar una crisis.
En entrevista con el diario alemán de mayor tiraje, Bild, en su edición de este domingo, Barroso añadió que "se han superado" las dudas y la inseguridad sobre el futuro tratado para la unión.
En las conclusiones alcanzadas en la cumbre que arrancó el pasado jueves en la capital belga puede verse "un gran paso hacia delante", pues al final todos los países se movieron por la causa, apuntó el político portugués.
"La canciller federal alemana, Angela Merkel, realizó un trabajo excelente y ha unido los intereses de los 27 países miembros", agregó el titular de la Comisión Europea, en cuya opinión se ha establecido la base para una reforma del tratado.
Según Merkel, hay "numerosas posibilidades" de que el nuevo tratado entre en vigor a mediados de 2009, previa ratificación de los estados miembros.
Portugal, que el primero de julio sucederá a Alemania en la presidencia de la UE, inaugurará el 23 de ese mes la Conferencia Intergubernamental (CIG) encargada de redactar el futuro tratado para que éste pueda ser aprobado en octubre próximo en Lisboa, anunció el primer ministro portugués, José Sócrates.
Los líderes se han fijado como objetivo terminar esa tarea "lo antes posible y, en todo caso, antes del fin de 2007, para dar suficiente tiempo para ratificar el tratado antes de las elecciones europeas de junio de 2009", indicó el gobernante.
"Queremos acelerar el proceso", declaró Sócrates a la prensa portuguesa en Bruselas, al anunciar su intención de que el texto definitivo pueda ser "aprobado" durante la cumbre informal de Lisboa, del 18 y 19 de octubre.
Cuanto antes se cierre esta fase, más pronto podrán los 27 líderes reiniciar el proceso de ratificación, incluso aquellos que ya habían aprobado la Constitución de 2005, según algunos analistas políticos reunidos aquí.
El anuncio del acuerdo definitivo entre los 27 países en Bruselas llegó en plena madrugada de este sábado, tras una larga jornada repleta de contactos, rumores y ofertas y contraofertas.
"Es una gran noticia", celebró el presidente francés, Nicolas Sarkozy, primer dirigente en pronunciarse públicamente y uno de los artesanos del acuerdo en su debut en cumbres europeas.
En efecto, el acuerdo con los polacos se alcanzó tras la enésima ronda negociadora de varios líderes europeos, entre ellos Sarkozy y Rodríguez Zapatero, con el presidente polaco Lech Kaczynski, y, por vía telefónica, con el primer ministro Jaroslaw Kaczynski, en Varsovia, la capital de Polonia.
El primer ministro y el presidente de Polonia son, además, hermanos gemelos.
Estos desesperados contactos se produjeron después de que Merkel amenazó con convocar a una CIG sin esperar a Polonia, una decisión arriesgada que chocó con la oposición de algunos de sus socios, pero que indudablemente cambió el curso de unas discusiones que parecían encaminadas al fracaso.
Y es que Polonia seguía con su insistencia sobre la revisión del sistema de doble mayoría, según el cual una decisión sería adoptada con el voto favorable de 55 por ciento de los estados miembros y de 65 por ciento de la población de la UE, lo que facilitaba la capacidad de bloqueo de Alemania y los países más poblados (Gran Bretaña, Francia e Italia).
Según el compromiso sellado con Varsovia, en lugar de aplicarse a partir de 2009, ese sistema entrará en vigor de forma progresiva a contar de 2014, con un periodo de transición hasta 2017.
Beneplácito polaco
"Nuestras reservas al tratado fueron observadas en gran medida. Tenemos un sistema incomparablemente más favorable al que habíamos propuesto", celebró Lech Kaczynski, quien agradeció la "solidaridad" de Francia, Gran Bretaña y Alemania.
Al beneplácito de Polonia se sumó la "satisfacción" del gobierno británico, que vio cumplidas sus exigencias, entre ellas una Carta de Derechos Fundamentales que no fuera vinculante para su país, la opción de quedar exento de las decisiones aprobadas por mayoría sobre cooperación judicial penal y policial, y un cambio de nombre para el futuro "ministro" de Relaciones Exteriores de esa comunidad europea.
"Lo más importante es que (el acuerdo) nos permite avanzar con cosas que son mucho más importantes", explicó el primer ministro británico, Tony Blair, quien participó en su última cumbre europea pues abandona el poder.
Según lo acordado, los 27 líderes remplazaron al "ministro" de Relaciones Exteriores europeo previsto en la Constitución por un "alto representante", que conservará de todos modos las mismas funciones, confirmó la presidencia alemana en ejercicio.
En su propuesta de nuevo tratado, más modesto que la Constitución, la presidencia alemana conservó las grandes innovaciones del antiguo texto, pero abandonó el término "Constitución" y símbolos como la bandera o el himno de la Unión Europea.