La investigación la realizó junto a la Agencia de Cooperación Internacional de Japón
Bordo Poniente aún puede elevarse 5 metros más, revela estudio del GDF
La altura adicional a la permitida del relleno sanitario no desestabilizaría el suelo blando, afirma
Los resultados fueron publicados en el órgano oficial del Colegio de Ingenieros Civiles de México
Ampliar la imagen Según el estudio del gobierno capitalino, el relleno sanitario Bordo Poniente aún tiene capacidad para recibir hasta 8 toneladas más por metro cuadrado, sin afectar la infraestructura hidráulica que lo circunda Foto: Carlos Cisneros
Un estudio realizado por el Gobierno del Distrito Federal para medir la sobrecarga del relleno sanitario Bordo Poniente determinó recomendable una altura adicional de sobrelevación de 5 metros en la periferia y de 8 metros al centro, equivalentes a 5 y 8 toneladas sobre metro cuadrado, respectivamente, es decir, hasta 3 y 5 metros por arriba de los 12 actualmente autorizados, para una altura total de 15 y 17 metros.
Pruebas de carga en una superficie de 150 metros por 150 (22 mil 500 metros cuadrados) demostró en sus conclusiones que con dicho incremento de carga se mantuvo la estabilidad del suelo blando, lo que no afecta la infraestructura hidráulica que lo circunda, conformada por canales para el drenaje de aguas residuales y pluviales provenientes del oriente de la ciudad, que era el objetivo fundamental a evaluar dentro de la prueba.
Los resultados del estudio, los cuales fueron publicados el año pasado en Ingeniería Civil, órgano oficial del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), refieren que en 1992 se realizaron estudios geotécnicos para evaluar teóricamente la magnitud y área de influencia de los asentamientos del suelo por las cargas del relleno. Según este estudio, un espesor de 7 metros de desechos y 5 toneladas de peso por metro cuadrado provocaría con el tiempo hundimientos del orden de 3 metros al centro del sitio y de 2.2 al pie del talud, pero nulos a 80 metros del límite perimetral, distancia menor a las estructuras hidráulicas circundantes, que están a más de 100 metros.
Respaldo japonés
Posteriormente, con respaldo de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés), se realizaron nuevos estudios al considerar que el relleno generaría la consolidación de los suelos blandos, lo que permitiría una sobrelevación gradual segura.
Se realizaron análisis simulando las condiciones de trabajo del suelo para diferentes alturas de relleno y se determinó que la presión máxima que se puede aplicar antes de presentar deformaciones en el suelo era de 10 toneladas sobre metro cuadrado, el doble de lo establecido en el estudio de 1992.
A partir de esto, se recomendó el uso de instrumentos de medición para conocer la evolución de las condiciones hidráulicas y las propiedades mecánicas del subsuelo. Dichos instrumentos se distribuyeron en 10 estaciones de medición ubicadas en la periferia del sitio, salvo una que se instaló en el centro; se colocaron piezómetros abiertos y de cuerva vibrante, tubos de observación del nivel freático, entre otros instrumentos.
Posteriormente, se realizó una prueba de carga a gran escala que permitiera contar con información experimental para tomar decisiones basadas en datos reales obtenidos del comportamiento del subsuelo.
Bajo este plan se sobrelevó un área preseleccionada del relleno de manera controlada, prestando especial atención a los desplazamientos horizontales en la superficie y el subsuelo colocando cuatro inclinómetros hasta una profundidad de 40 metros y se excavó inclusive un canal paralelo a unos 80 metros de distancia del pie del talud del relleno.
Se utilizó para esta prueba una macrocelda de 22 mil 500 metros cuadrados que había alcanzado su máximo nivel de acuerdo con el estudio anterior de 10 toneladas sobre metro cuadrado, evaluando el incremento en la presión aplicada por cada etapa de carga, tomando los pesos volumétricos y la altura de cada capa de material.
Se colocó material terreo en nueve etapas de sobre carga con altura final acumulada en promedio de 8.85 metros, y una presión media de 8.94 toneladas sobre metro cuadrado, y de a cuerdo a las mediciones, la presión total aplicada no presentó deformaciones excesivas al subsuelo ni riesgo de falla. Con esto, la sobrelevación recomendable, asumiendo un peso volumétrico de una tonelada por metro cúbico de desechos, fue de 5 metros en la periferia y 8 al centro.