Entregan alimentos en la temporada de cosecha y provocan desplome de precios, acusan
Patriarcas somalíes cuestionan ayuda del PMA
Marere, Sur de Somalia, 25 de junio. La ayuda alimentaria enviada a Somalia para combatir una de las mayores crisis de desnutrición del mundo ha sido criticada por patriarcas somalíes que señalan que los víveres han provocado violencia, además de que éstos fueron enviados al comenzar la temporada de cosecha.
Más de 33 mil 500 toneladas de alimentos han llegado a Somalia desde principios de este año dentro del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Pero en el distrito de Marere, en la parte más baja del valle Juba, granjeros y patriarcas aseguran que la distribución de alimentos es un caos y ha provocado un desplome de 60 por ciento en el precio del maíz.
"El PMA no debió enviar alimentos ahora", dijo Mohammed Abullahi Gure, presidente del comité de patriarcas de Marere, pues la inseguridad que ha traído su distribución ha causado "lo peor".
El gobierno somalí ha enviado soldados a proteger el alimento en su traslado desde la ciudad portuaria de Kismaayo, a unos 161 kilómetros de distancia. Pero ellos no son el único grupo armado en el área; milicias pertenecientes a diferentes clanes también operan ahí. En un país donde el poder de las armas fácilmente derroca al mandato de la ley ya ha habido enfrentamientos cuando milicias rivales tratan de robar la comida.
En la aldea de Mubarak, una milicia robó todo el alimento que envió el PMA luego que el ejército lo entregó a los patriarcas del pueblo. En Hargeysa robaron un camión que transportaba aceite. En otras partes de Somalia incluso ha habido muertos; como en Galkayo, 500 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, donde nueve personas fueron asesinadas durante la distribución de comida.
Esta no es la primera vez que los patriarcas critican al PMA. Después de la caótica distribución de alimentos del año pasado, que también coincidió con la temporada de cosecha, los patriarcas escribieron al programa para pedirle que no volviera a enviar víveres. Pero en los últimos nueve meses los patriarcas de los clanes de Marere han cambiado dos veces: los primeros representaban a la Unión de Cortes Islámicas (UCI) y después fueron cambiados por el gobierno de transición que tomó el control de la zona.
Gure dijo que él no solicitará al PMA que suspenda la ayuda. "Algunas personas aún están necesitadas", explicó.
Colin McIlreavy, de Médicos sin Fronteras, que tiene un proyecto en el distrito de Marere, dijo que esta zona ha padecido malnutrición crónica durante años. "Es el resultado de que mucha gente no tiene acceso a tierras de buena calidad y a factores climáticos como inundaciones y sequías. La inseguridad en el área impide que la gente pueda cultivar su tierra", señaló.
Musa Yusuf Ahmed, de 44 años, era policía antes de que el gobierno somalí se colapsara en 1991. Ahora cultiva maíz, frijol y sandía. Normalmente vende un costal de 50 kilos de maíz en 100 mil chelines somalíes (2.50 dólares).
"Para nosotros los granjeros esto es un gran problema", aseguró. "Los alimentos benefician a gente sin dinero pero dañan a los agricultores". Algunos de los que han recibido la ayuda alimentaria sostienen que estos víveres son de tan mala calidad que se los han tenido que dar a sus animales.
Peter Smerdon, vocero del PMA, dijo que la organización "no ha recibido denuncias de ese tipo" de sus colaboradores en Marere. Sin embargo, admitió: "Somalia es quizás el peor ambiente en que opera actualmente el PMA".
Las devastadoras sequías de 2006 fueron seguidas de inundaciones este año. La inseguridad se incrementó en el sur y centro de Somalia, al tiempo que el gobierno somalí derrocaba a la UCI.
Después de 16 años en que Somalia ha funcionado como un Estado fallido, la red carretera está en ruinas mientras que el aumento de la piratería a lo largo de la costa somalí ha truncado los esfuerzos por distribuir alimentos en todo el país.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca