Personas del ámbito teatral se manifestaron en favor del centro cultural
Solicitan revocar decreto de donación del inmueble al Instituto Helénico
Llamaron al gremio a terminar con ''esa ignominiosa situación de abuso''
Deploraron la falta de política cultural y señalaron la necesidad de impulsar la producción escénica
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Los actores Héctor Bonilla y Vanessa Bauche, anoche, durante su participación en la protesta pacífica que se realizó a las puertas del Instituto Cultural Helénico
Foto: María Luisa Severiano
Directores, actores, escenográfos, iluminadores y vestuaristas, entre otros creadores escénicos, manifestaron ayer de manera pacífica su apoyo al Centro Cultural Helénico, y solicitaron que sea revocado el decreto mediante el cual fue donado el predio al Instituto Cultural Helénico.
A las puertas de dicho centro, en representación de la comunidad artística y teatral, Víctor Hugo Rascón Banda, Otto Minera, Héctor Bonilla, Mario Espinosa, Gabriel Pascal y Vanessa Bauche recordaron los antecedentes de cómo el predio que ocupa el instituto fue donado por decreto a dicha asociación civil, para realizar actividades culturales sin fines de lucro (La Jornada/23 junio/2007).
Asimismo, destacaron la falta de sensibilidad de dicho instituto y sus actos para entorpecer las actividades teatrales del centro cultural, restringiendo la entrada al mismo, los cuales se suspendieron el jueves pasado, ''al conocerse la realización de dicha manifestación", dijeron los oradores.
Se aprovechó la ocasión y se hizo un llamado al gremio teatral para unir esfuerzos y ''terminar así con la ignominiosa situación de abuso, por parte de dicho instituto". De igual manera, se señaló la falta de una política cultural y la necesidad de desarrollar otros modos de producción teatral.
En el acto, se informó que se enviaría una carta al presidente Felipe Calderón, en la que solicitarán ''se revoque el decreto presidencial de fecha 12 de junio de 1979, que enajena a título gratuito el recinto en favor del Instituto Cultural Helénico".
Además, se leyó una carta dirigida a Francisco Xavier Gaxiola, director del instituto cultural, en la que entre otras cosas se asienta cómo es que dicho decreto se ''puede poner en tela de juicio, con argumentos suficientes para deslegitimar la donación", pues se explica cómo es que el entonces secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez fue ''juez y parte", al firmar el documento, ''una como representante del donador y otra como integrante de la asociación donataria".
En la carta a Gaxiola, se le recuerda que ''todavía el instituto tiene una responsabilidad pública irrenunciable, pues el gobierno federal luego de edificar y acondicionar el centro cultural, siguió invirtiendo en él, a sabiendas que de que los teatros serían entregados a un particular.
''Por casos como éste -apuntaron- hoy día cualquier funcionario sería susceptible de sanciones por parte de la Secretaría de la Función Pública."