Cosas del Futbol
El problema no es Hugo Sánchez. No se trata de su, al parecer, chocante personalidad. El jefe del Tri simboliza, y no es noticia, la epidemia que aqueja al futbol nacional desde que nació. En México, como en pocos países, el balompié es cosa de unos pocos hombres de negocios. Ignorantes, analfabetos, vulgares, en suma, todo un dechado de desgracias.
No importa que el entrenador sea Mejía Barón, Bora Milutinovic, Meza, Lapuente o La Volpe; la crisis es de identidad. Los entrenadores no saben mezclar a los jugadores, y éstos se pasan de tueste en sus poses mediáticas y en el terreno de juego. El resultado ya se conoce.
Curiosamente, el torneo mexicano es el más generoso en América Latina a la hora de pagar, sobre todo a los futbolistas extranjeros. No es problema de ellos más allá que el chauvinismo sea moneda de uso corriente en el medio deportivo. Siempre es preciso echarle la culpa a alguien: para eso están, también, los extranjeros. Todo a modo.
La selección gringa le pasó por encima a la mexicana. Mostró una actitud que para sí quisieran los ilustres fracasados del Tri. Remontaron por convicción, que no por juego, y también porque en su banquillo estaba un pelón a quien nadie pela en su país. En Estados Unidos el soccer es igual a la nada. Pero igual ganan.
La selección llegó con mucha suerte a la final. Su trayectoria nunca invitó al optimismo, pero avanzó más por deficiencias ajenas que por méritos propios. En el ínterin, no hubo crítico en los medios nacionales que resistiera la tentación de convertirse en técnico del Tri.
Se produjo una guerra de estupideces: micrófonos, pantallas y páginas fueron escenarios propicios para mostrar, descarnadamente, intereses e ignorancias. Todo unido por el poder del billete, por la discrecionalidad de los del pantalón largo. Y a esos no hay que someterlos al pedómetro: no'más hay que encerrarlos.
El futbol nacional está en situación terminal. Pero mientras el duopolio televisivo llene los hogares en ausencia del lleno en los estadios, el futuro será el pasado, lo que ya conocemos, pues.
Comienza hoy la Copa América. El miércoles Sánchez y sus hijos se las verán con Dunga y sus artistas. Hay que agradecer que no estén Ronaldo, Kaká, Ronaldinho, en fin, no deja de ser motivo de alegría. Ojalá, aunque se pierda ante Brasil, el Tri deje una postal digna, honesta, profesional. A estas alturas no se puede pedir más.