El gobierno y los sublevados son culpables: familias
Santafé de Bogotá, 28 de junio. Con la muerte de 11 legisladores del departamento del Valle del Cauca durante un confuso incidente armado anunciada hoy por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el gobierno del presidente Alvaro Uribe "se salió con la suya, buscando lo imposible, lo que ya habíamos previsto: un rescate militar era sinónimo de muerte", sostuvo Diego Quintero, hermano del fallecido diputado Alberto Quintero.
"Tanto el gobierno como las FARC tendrán que responder ante la historia por hombres indefensos que sirvieron a la patria incondicionalmete como diputados, y hoy simplemente nos los van a entregar en cuatro tablas de madera", agregó.
Para Alejandro Orozco, hijo de Nacencio Orozco, "la guerrilla y el presidente Uribe son los asesinos de mi papá".
Esta noche, curiosos y silenciosos espectadores alrededor de una vigilia en la Plaza de Bolívar compartían su profunda tristeza. Ciudadanos de todas las clases sociales, estudiantes, músicos, artistas, trabajadoras domésticas, vendedores ambulantes, y hasta tres jóvenes que pertenecen a la policía nacional, hicieron eco de las palabras de una anciana pordiosera que cuidaba los faroles, que se prendieron en la vigilia: "Esto es dolor y más dolor que nunca acaba".
Se necesita un diálogo
Muchos añadían que esto demostraba que se impone un diálogo que lleve a un acuerdo humanitario. Nadie le cree al gobierno, ni siquiera los jóvenes policías, quienes consideran que los rehenes a nadie importan y que, además, al final se hacen acuerdos "de cúpulas". No descartan que se esté negociando por debajo de la mesa con la guerrilla para nunca llegar a nada.
"Si no se les puso atención a los del paro nacional, y no se les ha puesto atención a los familiares de los rehenes todos estos años, quién le va a poner atención a un puño de dolientes prediendo faroles en las escalinatas de la catedral; es todo muy triste", señala uno de los uniformados.
Alexis Torres Zapata, hermana de un policía secuestrado, comentó mientras encendía uno de los faroles que el trato del presidente con los familiares ha sido vergonzoso. No ha querido reunirse con ellos. "Nos tienen yendo y viniendo por laberintos desde hace años, es una burla a todos", dijo.
Como contexto irónico en el sitio web del diario El Tiempo se publicó una declaración conjunta de los ex diputados, realizada hace algunos meses, y que resultó profética: "De nada sirve una operación militar perfecta que acabe con nuestra vidas, o una investigación a fondo discutida sobre nuestras tumbas".
Por su parte, el semanario El Espectador publicó que el legislador Carlos Narváez, ahora fallecido, en alguna ocasión declaró que "seguir funcionando como institución, como si nada ocurriera en nuestro país, como si la normalidad imperara en la sociedad y en las instituciones, es desconocer de manera crasa la difícil situación por la que atraviesa Colombia".