Entrevista a JOEL ORTEGA CUEVAS, SECRETARIO DE SEGURIDAD PUBLICA DEL DF
El gobierno federal reniega de la educación pública
El desempleo es en gran parte causante de la inseguridad
Seguimos sin querer reconocer que tenemos 50 millones de pobres, pero si además les quitas el acceso a enseñanza y salud, los haces potenciales marginados y delincuentes, sin que esto quiera decir que se etiquete como malhechores a todos los segregados
Ampliar la imagen Existe "amplia colaboración" en materia de seguridad entre los gobiernos capitalino y federal, asegura el funcionario Foto: José Carlo González
Luego de recibir la presea Lázaro Cárdenas, máximo reconocimiento que se otorga a estudiantes, profesores y egresados del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Joel Ortega Cuevas, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF), se declara de izquierda y politécnico de vocación, comprometido con ideales que garanticen la construcción de una nación "más justa y equitativa".
Apunta entonces que la solución a los grandes males nacionales está en la educación, no sólo en el combate a la inseguridad, la cual es generada "en buena medida por el desempleo", que se ha convertido en uno de los problemas más graves.
En el terreno político, Ortega Cuevas asegura que existe una "amplia colaboración" en materia de seguridad entre los gobiernos capitalino, que encabeza Marcelo Ebrard, y federal, del presidente Felipe Calderón.
Destaca, sin embargo, que el problema de fondo entre ambas administraciones es que, "ante el rechazo a las reformas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), se quiere pasar parte del costo político al gobierno capitalino, pero las autoridades federales deben ser más responsables y resolver" el asunto.
Alumno de profesores que construyeron el prestigio del IPN y egresado de la Escuela Superior de Ingeniera Mecánica y Eléctrica en 1985, el titular de la SSP-DF alerta sobre los riesgos de la "pérdida de identidad" del Estado mexicano y la actual administración federal, en la que, asegura, existe un "renegar constante de la educación pública, porque de chicos no leyeron a (José) Vasconcelos ni a Juan de Dios Bátiz, y están perdidos en un modelo económico que los llevó a pensar que lo máximo era traer un doctorado de Harvad o de Yale".
Formación de conciencia social
-¿Qué representan para usted las universidades públicas?
-Son la única oportunidad que tiene el Estado para reducir la brecha entre las clases sociales, para darle la oportunidad a la gente que vive en un contexto de pobreza de aspirar a tener condiciones mejores de vida, y no creo que alguien sensato no quiera eso para sus hijos. Y esa posibilidad la dan instituciones como el IPN y la UNAM. En mi caso, yo tuve la opción de elegir y opté por el IPN, pero para miles de jóvenes no hay esa opción. Por eso es tan importante el granito de arena que se aportó en la administración de Andrés Manuel López Obrador, con la construcción de las preparatorias y de la Universidad de la Ciudad de México.
-En ese contexto, ¿cuáles son los principales retos que enfrenta la educación pública y las instituciones de enseñanza superior?
-Un aspecto relevante es la formación de conciencia social en los jóvenes, que, aunque la tienen, sólo está latente, y en mucho gracias al papel de los medios de comunicación, particularmente la televisión, porque no existe una aportación para consolidar y preservar los valores nacionales ni de apoyar la educación pública.
"Un ejemplo de esto, es que si revisamos cuántos altos directivos del gobierno federal son egresados de la educación pública, veremos que son muy pocos; creo que sólo Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República, y Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública Federal, son los únicos, mientras en la administración de Marcelo Ebrard más de la mitad de los funcionarios de alto nivel son egresados de universidades e instituciones públicas."
-Entonces, ¿qué papel debe tener la educación pública, en particular cuando enfrentamos problemas tan serios de inseguridad?
-Es, sin duda, la solución a los grandes problemas nacionales, no sólo de la inseguridad, también del desempleo, que es el primer gran problema de México, porque en buena medida es responsable de la inseguridad, el subdesarrollo y la pobreza. Y es que seguimos sin querer reconocer que tenemos 50 millones de pobres, pero si además les quitas el acceso a educación y salud, los haces potenciales marginados y delincuentes, sin que esto quiera decir que se etiquete como delincuentes a toda la población que está segregada, pero sí es un hecho que todos estos factores van abonando para que la seguridad no sea la que queremos.
-¿Existe, entonces, un factor de deterioro social y falta de oportunidades educativas vinculado con la delincuencia?
-Lo vemos claramente con el modelo económico que se impulsó desde la época del ex presidente Miguel de la Madrid, que no ha llevado más que a la catástrofe a este país. Ese es el problema de fondo, y esa es la disputa por el país. Hay quienes quieren seguir impulsando ese modelo neoliberal que lanza a miles de jóvenes a la calle, sin empleo, por sacar adelante intereses de cúpulas que a veces ni siquiera son de este país.
-¿Qué pasa con los desencuentros entre el gobierno federal y el capitalino?
-Las reformas a la Ley del ISSSTE crearon gran desconcierto. El problema está en que la no aceptación a la reforma ha impuesto un costo fuerte al gobierno federal, y lo que se busca con toda esta pugna que estableció (Miguel Angel) Yunes, director general del instituto, y que luego siguió (Javier) Lozano, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, es trasladar parte de los costos al gobierno de la ciudad, a través de protestar contras las marchas y los plantones, pero el gobierno federal tiene que ser más responsable y resolverlo. Porque si yo tuviera la instrucción de levantarlos (a los manifestantes), los levanto, pero el problema persistiría, porque existe un rechazo a las reformas a la Ley del ISSSTE.
"Algo que aprendí en los momentos más críticos en el gobierno capitalino, con el desafuero y el proceso poselectoral, es que en los momentos de mayor tensión prevaleció la actitud serena de la Secretaría de la Defensa Nacional, y ese aprendizaje lo estoy practicando ahora. No sé por qué están alarmados. Además, antes de hacerle caso a Yunes, preguntaría qué experiencia tiene y cuál fue su actuación como secretario de Gobierno en Veracruz."
-¿Esto afecta la colaboración en materia de seguridad pública?
-Hemos colaborado y podemos hacer todavía muchas cosas más, pero no ha sido por falta de disponibilidad de nosotros. El problema es que el proceso de acomodo que tiene la administración federal ha sido mucho más duro de lo que habíamos vivido en el sexenio pasado. Además, yo llevó una ventaja cualitativa frente a este problema de coordinación: voy para mi tercer año y no ha habido variación en el manejo de la policía capitalina desde que estaba al frente Marcelo Ebrard.
-¿Es posible, entonces, construir puentes de comunicación entre ambos gobierno?
-Los puentes de comunicación son necesarios, pero deben estar siempre bajo el cociente de la legitimidad.
-¿Y no la tiene el gobierno federal?
-Desafortunadamente no es tema de la policía, pero en lo que me compete me coordino a diario con las autoridades federales, porque aquí no sabes en qué momento te va a salir el tigre.
-¿Pueden estar tranquilos los ciudadanos?
-Mientras los tigres del narco no sean soltados por quienes les corresponde combatirlos, no veo mayor problema.